Ocho fotógrafos del Colectivo Raw exhiben en el Museo Elisa Cendrero la exposición ‘Tánatos’, integrada por un total de cuarenta y ocho instantáneas agrupadas en nueve apartados.
Hasta el 6 de noviembre, se puede presenciar esta muestra fotográfica en la que cada uno de los ocho autores expone cinco imágenes relacionados con un tema, además de aportar una instantánea sobre un tema común para los ocho como es el de los enterramientos colectivos como pueden ser las fosas comunes y los cementerios militares, así como los columbarios colectivos y los panteones de distintas órdenes.
La exposición se abre con ‘In Memoriam’ de Gracia Nieto Sánchez, con imágenes, por ejemplo de las esquelas, sobre cómo se vive la muerte en países como Italia, Bosnia-Herzegovina y Croacia; prosigue con las instantáneas captadas por Marta Torres Martínez sobre la potente simbología presente en los camposantos como la cruz, el reloj de arena, la calavera, la paloma o el ángel doliente; y dedica una tercera etapa, a cargo de Jerónimo García-Béjar Ruiz, a las esculturas para la memoria como Cristos, Vírgenes, niños y ángeles.
Por su parte, Sandra Beldad Colado dirige el foco de su cámara a la memoria democrática y distintos homenajes a víctimas de represión; Alfonso Torres Consuegra repara en las tumbas olvidadas, que parecen no tener a nadie que las cuide; y Federico Grande Pinilla apunta a los panteones ilustres en el cementerio de Ciudad Real como la icónica Apolonia y obras de López Salazar y García Coronado, además de la tumba de Ángel Andrade.
Así mismo, esculturas en los cementerios relacionadas con personas del mundo del teatro, el circo, el toreo y la poesía aparecen en la selección ‘El ausente presente’ de Carmen Ocaña Gómez; y la cultura funeraria europea, con imágenes de Alemania, Irlanda, Chequia, Turquía y Austria, da lugar al quinteto elegido por Juan Antonio Olmeda Martín.
En el cementerio, está el dolor, la pérdida y el sufrimiento, pero también es un espacio patrimonialmente rico a nivel de escultura, arquitectura, historia y etnografía, repleto de una simbología que tiene que ver con el devenir histórico, con “cómo se ha ido viviendo y cómo nos hemos relacionado con la muerte a lo largo del tiempo”, apuntó Ocaña en la inauguración de la muestra a la que acudieron el alcalde, Francisco Cañizares, y el concejal de Cultura, Pedro Lozano.
