Lleno de coches y, en especial, de autocaravanas están los alrededores del pabellón ferial donde se celebran este sábado la Latin Winner y el domingo la RSCE Winner, dos campeonatos internacionales que congregan a numerosos amantes de los perros, los cuales en verdad son los “profesionales”, mientras que los aficionados somos los que los traemos, comenta José María, de la localidad toledana de Santa Olalla, donde vive en una finca con hasta nueve dogos alemanes que, reconoce, son la “pasión de su vida”.

“Este sábado se celebra la exposición Latin Winer en la que se pone en juego el título entre canes procedentes de España, Francia, Italia y Portugal, con la elección al final de la jornada del mejor de entre más de tres mil perros, y el domingo tendrá lugar la Exposición Internacional de la Real Sociedad Canina”, indica José Miguel Doval, presidente de la Real Sociedad Canina de España, que resalta que, a lo largo del año, se celebran en España muchas exposiciones caninas dentro del calendario de la Real Sociedad Canina pero ésta es “la más importante de todas, es la exposición de punto obligatorio del campeonato a la que vienen más perros, participan más expositores y también vienen más jueces de diferentes países”.

Durante muchos años se viene celebrando en Madrid, este año es la primera vez que tiene lugar en Ciudad Real y, pese al cambio, que se haya mantenido el nivel de inscripción es un “signo muy positivo”, comenta Doval, que estima que “el Ifedi es un lugar ideal para estas exposiciones. Esperamos que todo salga bien, repetir el año que viene y que esta exposición se convierta en un clásico tanto para nosotros como los habitantes de Ciudad Real”.

Esta exposición se empezó a celebrar a finales del siglo XIX, se hacía siempre en la semana de las fiestas de San Isidro y en una de ellas, en 1911, se fundó la Real Sociedad Canina de España, apuntó Doval.
En esta reunión de “amantísimos” de los perros y de la tenencia y cría responsables preservando razas creadas hace siglos para cumplir una funcionalidad, se disputan, además de los premios a los mejores de cada raza, múltiples finales como las de cachorros, veteranos, parejas, presentadores infantiles y juveniles y el Concurso de Relato Corto ‘Mi perro en mi vida’, además de la Artero Grooming Slam de peluquería canina.

Entre la multitud de distinguidos perros está Gala, una shih tzu de origen tibetano pero de procedencia vallisoletana que David no para de peinar como una reina, y Oto, un american hairless terrier que, como no tiene ni un atisbo de pelo, le vienen geniales las temperaturas de Málaga de donde vino con Adrián, quien, cuando pega el sol, le protege con crema solar.

También están Lía, una borzoi rusa similar a los perros afganos pero más grande, cabeza más abultada y orejas en forma de rosa, que se ha aclimatado a la Siberia extremeña con Fernando, de Villanueva de la Serena, y los loberos irlandeses, los perros más altos del mundo, traídos por Antonio desde la cacereña Villanueva de la Vera, sin olvidar, entre otras muchas razas, los graciles galgos italianos, los pomeranias con el pelo abultado como si fueran bolas de fuego, los estilizados caniches gigantes con cortes de pelo en forma de pompones, trenzas, quiquis y hasta calcetas, o los cardados como si fueran nubes bobtails o antiguos perros pastores ingleses.

Collares, correas, llaveros, peines, tijeras, champús, piensos, nidos y colchonetas, e incluso corbatas, colgantes y broches con motivos caninos, se pueden encontrar en este encuentro en el que participan expositores de más de veinte países, la mayoría de Europa pero también de Sudamérica y Asia.
