La sequía sigue arreciendo y los recursos de agua embalsada siguen disminuyendo en los pantanos de la zona oriental del Guadiana en la provincia, con una prioridad clara, como es el abastecimiento humano.
De esta manera, los usos agrícolas se relegan a un segundo plano, mientras se mantengan unas reservas mínimas como las actuales, con niveles del 19% -con 75 hectómetros cúbicos de volumen de agua- entre los siete pantanos de la cuenca del Guadiana en Ciudad Real.
“El riego no está garantizado” para 2018, señala el nuevo presidente de la Confederación Hidrográfica del Guadiana (CHG), José Martínez, quien apunta hacia las principales necesidades que se atenderán en la próxima junta de explotación, a mediados de octubre, en la que valorarán la situación “para tomar decisiones sobre los usos más necesarios”.
En esta revisión de balance que convocarán coincidiendo con el inicio del nuevo año hidrológico, “valoraremos los recursos con los que contamos, incluyendo el agua caída, para decidir la distribución en la atención de los usos prioritarios como es el abastecimiento, que hay que garantizarlo 365 días al año”, sostiene Martínez en una entrevista concedida a lanzadigital.com
Martínez recuerda que tras tres años de sequía, el nivel de agua embalsada continúa a la baja y lo primero son las personas. Después está el mínimo ecológico que mantienen en los embalses para evitar la mortandad de las especies acuáticas, mientras que el resto de agua se destina a cultivos permanentes (leñosos y pradera) “para que no mueran”, quedando detrás en este reparto el resto cultivos porque “por desgracia, no queda nada de agua”.
Por ahora, está garantizado el consumo humano hasta finales de 2018, mientras que en el caso de los regantes, “si no llueve, el año que viene no se podrán atender sus concesiones agrícolas”, es decir, que no dispondrán dotaciones “para obtener cosecha”. Es más, Martínez apunta que en una situación extrema tendrían que “tirar del agua” que dejan para la preservación de los valores ecológicos, aunque “su tratamiento sea más costoso, porque el recursos procede del fondo, y es de peor calidad, con más lodo y arrastre”.
Con todo, Martínez reconoce que aunque deficitarios, los niveles de agua acumulada, en toda la cuenca con una media del 45%, no son tan dramáticos como los registrdos a mediados de los 90 “cuando se secó el Gasset”.
Pacto nacional del Agua
De otro lado, Martínez que apenas lleva dos meses al frente de la CHG, sostienelas actuaciones de la hoja de ruta del plan para alcanzar un Pacto Nacional del Agua “consensuado” siguen su curso.
“Hay que sentarse y mantener reuniones con distintos usuarios, organizaciones agrarias, administraciones con competencias en ordenacion del territorio, con el fin de consensuar al máximo el uso del recurso, que es escaso, y destinarlo a lo que se considere oportuno”, porque “si no hay más, no se puede sacar”, sostiene Martínez.