La Biblioteca Pública del Estado de Ciudad Real acoge durante todo el mes mayo, una selección de la colección de bolígrafos con propaganda más grande y mejor organizada de España que posee el ciudadrealeño Agustín Jiménez Cano, formada por más de 35.000 piezas distintas perfectamente clasificadas en su página web, www.boligrafosconpropaganda.com que a su vez, ya ha superado las 232.000 visitas.
Está colección, que está compuesta exclusivamente por donaciones de familiares, amigos, conocidos e intercambios con otros coleccionistas nacionales e internacionales, comenzó a principio de los años 70 cuando el coleccionista cursaba estudios de Maestría Industrial en el colegio jesuita Hermano Garate de Ciudad Real. Los profesores de este colegio les llevaban a Madrid para ver Matelec que era, y sigue siendo la feria de material eléctrico y electrónico que profesionalmente mas convenía a los estudiantes de esta escuela.
En ella, los distintos expositores, regalaban bolígrafos con propaganda de las distintas empresas que representaban y Agustín los fue guardando en cajas, pero sin intención de crear la actual colección. De los primeros 20 o 30 bolis que recibió en su primera visita, pasó a los cientos y cientos que a lo largo de los años fue guardando en su casa.
Fue en el año 2006, cuando por un accidente de trabajo estuvo un mes de baja y aprovechó para empezar a “organizar” la colección, comenzando por una simple tabla de Excel, para culminar con la exhaustiva pagina web actual.
En la colección, se incluyen secciones como las dedicadas a los “bolígrafos raros o exóticos”, entre los que estarían bolígrafos como tenedores, tornillos, clavos, trenes, palos de esquí, pintalabios, aviones, cohetes, abridores de cerveza, lupas, marca páginas, muñecos peludos, cohetes, estoques de torero, botellas, calibres, niveles, grabadoras, punteros láser, huesos, animales, flores, calculadoras, destornilladores, brújulas, punteros láser, tubos de pomada, jeringas, palos de golf, bebidas, memorias USB, teléfonos móviles, cúter, catapultas, hojas, peines, pintalabios, flautas, radios, tostadoras de pan, tubos de pomada, etc.
Son muchas las piezas que Jiménez Cano aprecia, pero entre ellas, podemos citar el bolígrafo que permanece en el aire en estado de “equilibrio”, los trenes Talgo a escala, un hueso en forma de cadera o el bolígrafo que escribe “sin gravedad” utilizado por los astronautas. También son muy queridos y los bolígrafos con los que firmaron sus hijos Rubén y Jorge cuando se casaron. Esta colección no persigue ningún interés económico a indicado.
Esta macro-colección como está formada por infinidad de donaciones, y nuestro redactor ha preguntado al coleccionista ¿qué hace con los bolígrafos repetidos?. La respuesta no se hizo esperar… algunos los intercambia con otros coleccionistas, pero la mayoría los regala a través de la Federación de Asociaciones de Amigos del Pueblo Saharaui de Castilla -La Mancha, para que se distribuyan entre los niños saharauis y estos puedan aprender a escribir.
Su único objetivo es que cualquier persona pueda observar una curiosa y única colección que se ha fraguado en “tierras manchegas” aunque también ha recibido donaciones del resto de comunidades españolas y de otros países del mundo.
El “número no es lo mas importante en esta colección” indica el coleccionista, señalando que lo que le motiva a seguir aumentando su colección es que le regalen bolígrafos exóticos, raros o de países de los que aun no tiene y, sobre todo, haber conseguido organizar su colección “de forma muy estudiada y completa, lo que permite a cualquier persona poder consultar con sencillez su colección”.
La “organización física” es un pilar básico en su colección, por lo que el gran número de bolígrafos permanecen archivados en cajas clasificadas por sectores productivos o actividades, hasta llegar a las 69 actuales.
En una gran base de datos, se encuentra perfectamente documentada la colección, incluyendo 17 campos informáticos para cada uno de los bolígrafos, lo que ha supuesto una enorme tecnificación de la misma.
La colección está en constante evolución, pero los récord actuales más significativos son los siguientes:
Número total de bolígrafos clasificados………………………………………………………………………………. 35.000
Número total de bolígrafos fotografiados ………………………………………………………………………………3.418
Número total de colores ……………………………………………………………………………………………………….161
Número total de forma de bolígrafos……………………………………………………………………………………..1.451
Número total de países y territorios significativos……………………………………………………………………….181
Número total de ciudades del mundo……………………………………………………………………………………..2.435
Al observar el campo, forma del bolígrafo, que actualmente tiene 1.451 formas distintas, nos lleva a romper el tópico de que “todos los bolígrafos son parecidos”.
En la web http://www.boligrafosconpropaganda.com , recientemente actualizada, se pueden apreciar los bolígrafos españoles en un mapa de España dividido en provincias, en el que se ven los bolígrafos de cada una de ellas. Igualmente, se accede al mapa del mundo, y con solo pasar el “ratón” sobre un país concreto nos indica el número de bolígrafos de ese país que hay en la colección, un trabajo para el que ha contado con la desinteresada colaboración de su amigo Luis Pérez.
Este ciudadano que trabaja en Madrid, se desplaza diariamente en el AVE desde hace mas de 22 años, y dedica su tiempo libre, no solo a esta fantástica colección, si no que también ha escrito libros como el Diccionario Técnico de Electrificaciones Ferroviarias (único en el mundo ferroviario nacional e internacional) o la Historia de la Calle Pozo Dulce, aunque actualmente está trabajando en un proyecto muy ambicioso y complejo como es la Historia del Ferrocarril en Ciudad Real desde 1846 hasta nuestros días.
Tienen confirmada su asistencia a la exposición, además de coleccionistas de Castilla-La Mancha, de Asturias, Cataluña, Valencia, Alicante y Andalucía, aunque no se descarta de otras comunicadas autónomas pues la interrelación entre coleccionistas es muy amplia.
Preguntado el porqué su colección no está en el libro de los Record Guinness, indica que ello conlleva un elevado coste económico, y además, en el libro solo se publican sobre el 10% de los record establecidos, y con estas condiciones no merece la pena concluye Agustín Jiménez.