La espada ibérica (falcata) de hierro con decoraciones en plata que acaba de ser sometida a una restauración de urgencia ha vuelto a las vitrinas del Museo de Ciudad Real Convento de la Merced, que recupera el pulso del público tras las restricciones sanitarias por la pandemia.
La pieza, descubierta en 2012 como parte de un ajuar funerario de la necrópolis ibérico-oretana del yacimiento de Alarcos, es única por su diseño en el que destaca la empuñadura rematada en una cabeza de felino, nielada de plata (labor en hueco sobre metales preciosos, rellena con un esmalte negro hecho de plata y plomo fundidos con azufre), en ambas caras de la hoja y en el puño.
Sobre esta pieza se habían detectado problemas estructurales de ahí la rapidez de la intervención, realizada por la restauradora Isabel Angulo (los detalles aparecerán en un artículo en el Blog Cultura Castilla-La Mancha), con financiación de la Junta de Comunidades.
Ajuar funerario de un guerrero importante
Los visitantes de este domingo han apreciado el trabajo sobre la espada, que llega a nuestros ojos porque se enterraron con ella las cenizas de un importante guerrero o jefe íbero-oretano, el pueblo prerromano que habitó el cerro de Alarcos, origen de Ciudad Real, entre los siglos VI y III a.C.
Mejoras en la exposición permanente
Esta falcata recién restaurada es solo una de las mejoras que ha introducido el Museo de Ciudad Real en la exposición permanente. Aprovechando el parón por el coronavirus (estuvo cerrado un mes a principios de año) se le ha dado una vuelta a toda la exposición, en la que destaca la nueva redistribución de las salas dedicadas a la Edad Media. En ella se se pueden ver piezas del armamento de Alarcos que hasta la fecha habían estado en los almacenes y la maravillosa cerámica almohade.
Gratis hasta el 31 de mayo
El museo, con dos sedes la del Convento de La Merced y los Jardines del Prado, permanece abierto al público en horario de martes a sábado por la mañana de diez a dos y de cinco a ocho, mientras que el domingo solo abre en horario de mañana de diez a dos.
Al menos hasta el 31 de mayo ni siquiera se cobra entrada y se pueden hacer visitas guiadas con la técnica Pilar Molina concertándolas telefónicamente (máximo diez personas y solo de lunes a viernes).
Empezando a remontar
Mari Cruces Madrigal, ordenanza del museo, explica que el bajón por la pandemia ha hecho mella en el museo, aunque “en los últimos fines de semana se nota la remontada, este sábado hemos tenido un centenar de visitantes, público familiar sobre todo. Vienen muchos niños”.
La covid ha impedido organizar nuevas exposiciones, pero se mantiene la exitosa ‘La caza’, que se inauguró en pleno confinamiento y se ha ido prorrogando durante el último año, en espera de nuevas propuestas.