La conocida familia del barrio de San Antón de Ciudad Real condenada a penas de entre 9 años y medio y 4 años de prisión por tráfico de drogas; y en el caso de los padres además por blanqueo de capitales, ha recurrido la sentencia de la Audiencia Provincial que consideran “de extrema severidad”.
Su abogado defensor, Juango Ospina, argumenta en el recurso de apelación que el procedimiento, “ha estado plagado de errores” desde que empezó la investigación, en el año 2019, que luego se paró por la pandemia, y continúo en 2021 con la redada en mayo en la que fueron detenidos los tres miembros de la familia y dos personas más, una de ellas un hombre que falleció antes del juicio.
Falta «lógica jurídica» dice el abogado
“La sentencia se sustenta en unos hechos que, desde esta defensa y dicho con el máximo respeto, resultan profundamente inverosímiles y desprovistos de lógica jurídica”, replica el defensor. “Se ha llegado a tal conclusión a partir de una valoración probatoria que no solo es insuficiente, sino que presenta un preocupante grado de ambigüedad, contradicción y debilidad, frente a elementos de descargo de una solidez abrumadora que, incomprensiblemente, han sido ignorados o, en el mejor de los casos, insuficientemente considerados en la sentencia impugnada”, argumenta Ospina.
«Vulneraciones palmarias de la presunción de inocencia»
Lo fundamental según el letrado es que tanto en el procedimiento como en el juicio “ha habido vulneraciones palmarias del derecho a la presunción de inocencia, del derecho al debido proceso y del derecho a un juicio justo con todas las garantías”.
Critica que la sentencia no valore el testimonio de 23 testigos
Ospina dice que de los 23 testigos que participaron en el juicio, celebrado en el mes de marzo ante la sección primera, “sus declaraciones no fueron valoradas en la sentencia”, y cree que no se ha hecho “porque constituían pruebas de descargo, a pesar de haber sido solicitadas por el ministerio fiscal con el fin de reforzar la acusación”.
La sentencia: 9 años y medio al padre, 8 a la madre y 4 al hijo
La sentencia de mediados de mayo de este año condenó a Sergio G.A., con antecedentes por tráfico de drogas de 2015; a su mujer Manuela A.C. y a su hijo mayor Sergio G.A., a penas de nueve años y medio de prisión -en el caso del padre, por la reincidencia-, y a ocho años a la madre, por tráfico de drogas y blanqueo de capitales. Al hijo lo han condenado a cuatro años por tráfico de drogas.
La sección primera de la Audiencia Provincial de Ciudad Real consideró que esta familia, detenida en el marco de la operación antidroga ‘Feria’ de la Policía Nacional en mayo de 2021, tenían un punto de venta muy activo de trapicheo de cocaína y heroína en su domicilio de San Antón, muy cerca de la comisaria de Ciudad Real.
En el juicio el inspector policial que dirigió la operación, Pedro Castiblanque, ya jubilado, y una decena de policías explicaron que esta investigación ha sido el mayor intento de acabar con ese punto de venta de droga conocido por la policía desde 2010 en Ciudad Real. “No era el único lugar de trapicheo, pero si el más importante de heroína y cocaína”, argumentó.
Indisimulado trasiego de toxicómanos en el bloque
La operación culminó con la incautación de 650 gramos de droga (cocaína y heroína) en 2021 y la detención de la familia, si bien la droga no estaba en su domicilio. En su casa se encontró dinero y joyas, y el inodoro dio positivo en sustancias -supuestamente las tiraron antes del registro-, además de otros enseres vinculados al narcotráfico.
Parte de la mercancía apareció en casa de la colaboradora de la trama, Josefa S.S., condenada a tres años de cárcel, y en poder del acusado fallecido (para la policía el presunto proveedor de la familia), de ahí que su abogado entienda que no hay pruebas claras y que todo el proceso está viciado de lo que se comenta sobre este conocido clan de la droga en Ciudad Real, con otros asuntos pendientes, además de testimonios demoledores de una exdrogadicta que supuestamente trabajó para ellos un tiempo.
La sección primera de la Audiencia Provincial de Ciudad Real, en su sentencia del 13 de mayo de este año que todavía no es firme, considera probado que el matrimonio y su hijo, han trapicheado con drogas durante años en el barrio de San Antón y que fruto de ese comercio ilícito obtuvieron importantes cantidades de dinero que lavaron comprando coches e inmuebles que ponían a nombre de otros familiares.
Ostentación pública de lo que tenían
Se supone que con los beneficios de la droga entre 2016 y 2020 compraron varios inmuebles y vehículos que pusieron a nombre de personas de familiares directos. La fiscal del caso ha contabilizado dos inmuebles, tres coches y un ciclomotor comprados supuestamente con el dinero de la droga.
Dinero en efectivo, joyas, coches y armas
La policía aprehendió en los registros, aparte de la droga, 2.475 euros en efectivo, un kilo de joyas valorado en 48.000 euros, dos básculas de precisión, una pistola, relojes de lujo, tres vehículos, once teléfonos móviles y ordenadores de última generación.

Relacionados con otros conflictos en el barrio de San Antón
La familia G.A. está vinculada a otros conflictos en el barrio; Manuela es la mujer herida con una catana en febrero del año pasado, en una reyerta con su cuñado y su sobrino, que ingresaron en prisión preventiva por lesiones. Uno de los atacantes de la catana es el hombre que se atrincheró en abril de 2023 en la calle Altagracia, tras otro incidente con disparos (no se encontró el arma).
Los tres, que siguen en libertad hasta que la sentencia sea firme o se resuelva su recurso, insisten en que en esos bloques de viviendas de protección municipal se trapichea con drogas, pero que no no hay pruebas sólidas contra ellos. Manuela ha vuelto a la Audiencia este mes de junio acusada otra vez de tráfico de drogas, en esta ocasión con su hijo. El juicio se suspendió sin fecha.