La fiscal del caso ha considerado este miércoles que el crimen del director de un banco en La Solana en noviembre de 2016 fue “un asesinato a sangre fría”.
Así lo ha manifestado en sus conclusiones finales durante la última sesión del juicio que ha quedado visto para que el jurado emita su veredicto sobre culpabilidad o no en las próximas horas.
En la última sesión de la vista oral, las partes se han ratificado en sus conclusiones que van desde los 42 años de cárcel que pide la acusación particular en nombre de la familia del fallecido, pasando por los 32 años que pide la Fiscalía y llegando a la aplicación de una eximente total o parcial por enfermedad que pide la defensa.
Precisamente, el estado mental del acusado, A.S.C., ha protagonizado la última hornada del juicio, con la declaración de los forenses, adscritos a los juzgados, un psiquiatra de la cárcel de Herrera de la Mancha, un psiquiatra por parte de la acusación particular y una última por parte de la defensa.
Todos, menos la especialista contratada por la defensa, han coincidido en la personalidad solitaria, callad del acusado, pero han negado que este tuviera síntomas de presión cuando ocurrieron los hechos, llegando uno de ellos a afirmar que era “totalmente normal”.
Solo la especialista contratada por la defensa ha introducido el término depresión en sus informes, añadiendo que esta depresión pudiera ir acompañada de algún brote psicótico que pudiera explicar su actuación el día del crimen, el 23 de noviembre de 2016.
Un hombre agobiado, con ansiedad, puede ser, pese a que el negocio que dirigía –una empresas relacionada con maquinaria agrícola- iban bien e, incluso, había pedido un nuevo crédito para mejorar el negocio, crédito que, a la postres estuvo el origen del crimen.
Pensado
Para la fiscal, tras los problemas con este crédito, estuvo varias retenido, el hombre decidió actuar. “Me han engañado”, llegó a decir en las horas previas.
Así, cuanto tomó la decisión, se fue para casa de unos familiares en Villanueva de los Infantes, donde residía, cogió varias armas de caza, como cazador que era, y se dirigió para la sucursal bancaria en La Solana, a unos 32 kilómetros.
Ese trayecto le dio tiempo para pensar bien lo que iba a hacer. Para la representante del Ministerio Público no hay lugar a dudas que quería matar a los dos responsables del crédito, el director, que finalmente fue abatido, y la subdirectora, que salvó la vida.
La fiscal ha señalado que el crimen fue horrible y que el acusado, A.S.C., después de disparar al director, A.M.D.P. se acercó más a él para dispararle una segunda ocasión, este vez a corta distancia, en el cuello, destrozándole varios órganos vitales, impacto que fue él le causó la muerte.
Con la subdirectora, una vez muerto el director, en el despacho de este intento dispararla, no le cabía ninguna duda, y si se salvó fue porque buscó refugio bajo la mesa y el hombre no encontró hueco para dispararla en una parte de su cuerpo que le provocara la muerte.
Las acusaciones particulares, en nombre de la familia del fallecido y en nombre del banco y de las dos empleadas afectadas por el suceso, se han sumado a este relato y, en todo caso, han ampliado la calificación de los hechos y la petición.
Así, si la fiscal pide 22 años por asesinato, 8 por intento de homicidio y 2 por amenazas, la acusación particular de la familia, pide 25 años por asesinato, 14 años y 11 meses por intentado de asesinato y otros 2 años por amenazas a la segunda empleada afectada.