La fiscalía de Ciudad Real solicita más de 40 años de cárcel para el joven sacerdote apartado del seminario provincial hace algo más de un año, como autor de una veintena de presuntos delitos de abuso sexual cometidos a nueve menores de entre 14 y 16 años, entre los años 2013 y 2015
En el escrito, al que ha tenido acceso Lanzadigital.com, se detallan una veintena larga de situaciones en las que el sacerdote presuntamente realizó tocamientos en los genitales a los menores o buscó una excusa para verlos desnudos, hasta que se destapó el caso.
Lo abultado de la calificación provisional, que se acaba de remitir al juzgado de primera instancia número 1 que instruye el procedimiento, se debe a la suma de conductas sobre las que se piden cuatro años de prisión, aunque otras están consideradas menos lesivas y la solicitud de pena es de multa.
El Obispado denunció el caso
La fiscalía considera probado que el sacerdote, formador del seminario menor de la Diócesis de Ciudad Real y responsable de los alumnos de la ESO, aprovechó el tiempo que pasaba con los chavales durante los cursos 2013-2014 y 2014-2015, para abusar de nueve de ellos. La situaciones siempre eran de uno en uno y sin público, hasta que la psicóloga del centro empezó a sospechar y puso los hechos en conocimiento del Obispado que denunció a su sacerdote ante la fiscalía y lo expulsó, después de escucharle.
Las familias de tres de los menores que ejercen la acusación celebran que el ministerio público dé crédito a las denuncias “y las pruebas periciales que se han practicado avalen la alta credibilidad que tienen todas y cada una de ellas”, explica su abogado Rodrigo García.
Los familiares también están satisfechos con el Obispado de Ciudad Real “por haber denunciado, ahora esperan que la sentencia recoja como hechos probados toda la acusación de la fiscalía”.
“Años muy dolorosos”
“Han sido dos años muy dolorosos, los menores están profundamente afectados y les está costando rehacer su vida”, añade García, además esperan “que todo esto pase lo más rápidamente posible”.
La instrucción del procedimiento que se inició en la primavera del año pasado está llegando a su fin. Ahora toca que califiquen las partes, en ese caso la acusación particular de tres de las nueve presuntas víctimas y la defensa del acusado, que está en libertad. Después de ese trámite el juzgado emitirá un auto de apertura de juicio oral que se celebrará en la Audiencia Provincial de Ciudad Real probablemente el año que viene.
Discretos pero firmes
La historia de este presunto caso de abusos sexuales dentro de la Iglesia se conoció a finales de marzo de 2016, cuando la fiscalía ya había recibido la información que el Obispado intentó llevar con discreción, si bien fueron ellos mismos los que pusieron los hechos en conocimiento de la justicia, tras una investigación interna.
Se supone que la indagación propia en la que se escuchó al religioso, un cura joven de la provincia, culminó el 9 de febrero de ese año, cuando se entregó el resultado del proceso canónico a la Congregación para la Doctrina de la Fe en Roma. Unos días después el 15 de febrero se informó a la fiscalía que ante la relevancia que podía tener el caso lo derivó a los juzgados de instrucción de la capital.