Alfonso Doblado Ruedas es el mayordomo de la Ilustre Hermandad de la Virgen del Prado de Ciudad Real desde el año 2015, cuando sustituyó en el cargo a Rafael Ruíz Ruíz. Él es el encargado de mantener, en perfecto estado, todo el patrimonio material de la hermandad, entre lo que se encuentra, por ejemplo, el estandarte corporativo, las varas, los juegos de insignias, los incensarios, todo lo referido al Cuerpo de Acólitos, los ropones, y, también, especialmente, la conservación y el mantenimiento de la carroza, o paso procesional, de la Virgen del Prado.
Doblado explica que ha sido este año, con la restauración de los candelabros, cuando se han finalizado completamente los trabajos de intervención en el paso procesional que, recuerda, se iniciaron en 2016 con la mirada puesta en el 2017, un año muy especial para la hermandad, y para toda la ciudad, por conmemorarse el cincuentenario de la Coronación Canónica Pontificia de la Imagen de la Virgen del Prado.
De la Casa Plata Meneses
En una entrevista concedida a Lanza, el mayordomo de la Virgen recuerda que la carroza de la patrona de Ciudad Real es una magnífica obra de orfebrería de la Casa Plata Meneses, construida en 1957 en Madrid, siendo copia muy fiel de la perdida durante la Guerra Civil de 1936, de la misma casa.
Añade que debido al uso, y al paso del tiempo, la orfebrería se encontraba en mal estado, una obra muy delicada que, por falta de mantenimiento o por un uso inadecuado, se había ido deteriorando. En este sentido explica que uno de sus objetivos, cuando fue nombrado mayordomo, fue recuperar o restaurar el paso para que lo disfrutaran las generaciones venideras.
Una donación de 30.000 euros
“Esos trabajos de restauración se han podido efectuar gracias, también, a la donación o herencia de una devota de la Virgen del Prado que, en las últimas voluntades recogidas en su testamento, dejó 30.000 euros para la reparación de la carroza”, lo que ha permitido acometer la restauración integral de esta bellísima obra de arte, propiedad sentimental de todo el pueblo de Ciudad Real, que se ha llevado a cabo en distintas fases.
De forma muy resumida, indica que se ha restaurado todo el trabajo de orfebrería y la mecánica para favorecer la maniobrabilidad y la conducción de este paso “que es de estilo neoclásico, ecléctico, decimonónico, de hecho copia el paso anterior de la Virgen del Prado que se adquirió en el S.XIX, también en Casa Meneses, una casa de orfebrería, sobre todo platería, que fue proveedora oficial de Casa Real durante los reinados de Alfonso XII y XIII. Era una casa madrileña de mucho prestigio a nivel nacional que trabajaba enseres de plata, entre ellos, también, la orfebrería religiosa”, explica.
“Al estar tan de moda, la Hermandad decidió, en el S.XIX, adquirir un paso de plata Meneses, que hemos conocido por fotografías antiguas, y que desapareció en 1936; hay testimonios que recogen que quizás se troceó para vender el material que era, íntegramente, de plata”, explica Doblado.
Adquirida en 1957
Fue durante la posguerra civil española cuando la Hermandad de la Virgen del Prado realizó varios pasos, para recuperar el patrimonio, hasta que en 1957 adquiere, por cuestación popular y con aportaciones económicas de algunos hermanos, el paso actual que es una copia casi idéntica del que se perdió durante la Guerra Civil, en 1936.
“De hecho, una cosa curiosa es que los varales, el fuste de las columnas de los varales actuales, el tramo central, son de la antigua carroza, de la que se perdió en 1936. Después de la guerra se encontraron usadas como barras de cortina en diferentes edificios y, gracias a eso, se pudieron recuperar y se integraron en el paso que se hizo”, indica Alfonso Doblado.
Trabajos previos a la bajada de la Virgen
El mayordomo de la Virgen del Prado explica que los trabajos previos a la bajada de la Virgen del Prado del Camarín al Altar Mayor, en la víspera de San Lorenzo, el 9 de agosto, comienzan en las semanas previas, a finales de julio, con la limpieza del paso que se guarda en la cochera de la Catedral, situada en la calle Azucena, junto con el paso del Cristo de la Piedad y otros enseres de las hermandades que tienen su sede canónica en la Basílica Catedral.
“Después de su uso en las procesiones de la Virgen, así como en la del Corpus Christi, se eliminan las marcas de sudor de las manos que pueden estropear el baño de plata y si no se eliminan en el momento luego son difíciles de quitar”, explica Doblado. Y ya en las semanas previas a las fiestas en honor de la Virgen del Prado es cuando se lleva a cabo una limpieza más exhaustiva y completa, con productos especiales para la plata, un trabajo en el que se emplea más de una semana y del que es responsable tanto el mayordomo como el vocal adscrito a Mayordomía, y algunos colaboradores.
Otras funciones de la Mayordomía son repartir los turnos para empujar la carroza de la Virgen del Prado durante las procesiones a cambio de una limosna que la Hermandad recoge y se entrega a alguna obra de beneficiencia o a alguna comunidad religiosa que lo necesite.
Preparar la bajada de la Virgen al Altar Mayor
Alrededor de 15 personas de la Hermandad de la Virgen del Prado son las encargadas, cada año, de bajar a la Virgen del Prado desde su Camarín al Altar Mayor, en la víspera de San Lorenzo, un trabajo que dirige el mayordomo, Alfonso Doblado.
Tras la celebración de la misa de las 10,30 horas en la Catedral, el templo cierra sus puertas al público y tanto la Hermandad de la Virgen del Prado como la Corte de Honor son los encargados de cumplir con esta labor en la que se emplean algo más de tres horas.
Un conjunto escultórico de gran belleza
Doblado recuerda que la Virgen del Prado es un conjunto escultórico que se compone de la talla de la Virgen, completa, al estilo de una Inmaculada, con el pelo suelto, túnica rosa palo y con manto azul celeste, todo enriquecido con estofados al oro fino, muy parecida a tallas de otros escultores. Es de Rausell y Llorens del que tenemos otras tallas en Ciudad Real en las que se pueden observar esa riqueza de materiales y de ejecución, como las tallas de la Hermandad del Encuentro, del Silencio, la imagen de la Virgen de Alarcos, o las tallas de los ocho apóstoles que se recompusieron, se rehicieron nuevos, en el retablo de la Catedral en 1940 tras su pérdida, también, en 1936.
Y luego, por otro lado, va el Niño que también va tallado por completo, desnudo, con el paño de pureza, y se le pone en la Madre, al estilo también de como estaba la imagen antigua de 1936.
Vestida por completo
El conjunto escultórico de la Madre con su Niño se viste por completo, una decisión que se remonta a los siglos XVI y XVII. “Es una forma de presentar a la Virgen que se fija en cuadros, grabados, es una iconografía muy típica de la Virgen del Prado de Ciudad Real, una estética que viene de Toledo, esa forma de vestir a la Virgen de forma triangular, con una corona abombada, de estilo imperial Carlos V”, explica Alfonso Doblado quien subraya que en Toledo se ven muchas imágenes de este tipo, como la de la patrona la Virgen del Rosario.
“Nuestra referencia era Toledo y por eso no es raro que nuestra Virgen se empiece a vestir, a partir de los SXVI y XVII, como una inmaculada toledana. Esa estética se ha fijado a lo largo de los siglos y es indisoluble de la Virgen del Prado y aunque sea una talla completa se decide, creo que con acierto, el presentarla vestida de esta manera”, incide Doblado.
Destaca también la singularidad de las ráfagas situadas a los lados de la imagen de la Virgen del Prado. “Hay muchas parecidas pero éstas se sobre elevan por encima de la imagen y no hay ninguna igual”, añade Alfonso Doblado quien recuerda que la Virgen del Prado fue una de las grandes devociones marianas de España.
Bajada del Camarín
Y en cuanto a los trabajos en sí mismos, es la Hermandad la que realiza el montaje y desmontaje de las piezas mecánicas en el Camarín, después de que la Corte de Honor le quite la corona y el manto. La talla de la imagen de la Madre de Dios se deja así solamente vestida con un abrigo, una prenda interior para evitar su roce.
Alfonso Doblado explica que la talla va a su peso sobre el trono de plata del Camarín. “Cogemos la imagen y la situamos sobre una camilla para su transporte y manipulación y entre ocho personas, miembros de la junta directiva, la bajamos por las escaleras del Camarín con la ayuda también de otros, sobre todo, a su llegada a la nave”. Mientras se procede a bajarla, el mayordomo reza una salve y cuando llega a la nave central de la Catedral se vitorea a la Virgen; el primer vítor lo realiza el mayordomo y luego el presidente, o el hermano mayor, para darle la bienvenida.
Tras la restauración de la imagen
Una vez abajo se monta en el paso que tiene el mismo sistema de anclaje que en el Camarín, va a su peso. Doblado explica que cuando se restauró de forma integral, completa, la imagen de la Virgen los restauradores decidieron quitarle todo lo que pudiera sustentar de peso para evitar el deterioro de la talla. De hecho, ahora mismo, la talla va en vacío y todo el peso se lo lleva el pollero, una estructura en la que se engancha todo, la corona, las ráfagas y donde apoya el manto, y la Virgen va dentro, sin que en ella apoye nada, para evitar así que se deteriore.
“Es un acto íntimo que tradicionalmente se realiza a puerta cerrada. Tengo mucha suerte y mucha responsabilidad por estar, en esos momentos, tan cerca de la Virgen, es un disfrute”, explica el mayordomo de nuestra patrona quien añade que el momento de cuando llega la Madre es muy emotivo pero la responsabilidad de que todo salga bien, quizás, le impida disfrutarlo. “Vivo más emoción cuando se abre la puerta de la Catedral, el día 9, y la puedo ver abajo, tan guapa”, añade.
Recuperando patrimonio
En otro orden de cosas, Alfonso Doblado explica que la Virgen cuenta con un rico patrimonio, diferentes elementos como, por ejemplo, las jarras recuperadas para el cincuentenario o los candelabros de culto, ajuar que siempre ha formado parte de los cultos en honor a la Virgen del Prado, elementos que se han dejado de usar, que están guardados en la Catedral, y que ahora, la hermandad, quiere utilizar en diferentes momentos.
Así, en 2017 se recuperaron unos candelabros de culto, que se ponían ya en la posguerra, unos grandes candelabros dorados que estaban muy estropeados y que la Mayordomía, junto con varios colaboradores, los han restaurado y se utilizan en el altar de cultos para estas fechas de agosto y que se sitúan delante, a ambos lados, del paso de la Virgen del Prado.
Este año, y como novedad, se han puesto a disposición de todos los devotos de la Virgen las velas que se encenderán en esos candelabros de bronce, cirios que una vez pasen las fiestas podrán recoger los que hayan pagado el donativo de cinco euros por cirio, una iniciativa que ha surgido del deseo de muchos hermanos de la Virgen de presentar en forma de luz sus oraciones.
Tres estandartes
En cuanto a los estandartes de la Hermandad de la Virgen del Prado, Alfonso Doblado explica que el actual es del año 1957. Indica que es muy rico, hecho en tisú de plata con bordados en oro fino y pedrería semipreciosa, y matizados en seda. “Cuando la Virgen del Prado sale a la calle sólo tenemos ojos para Ella pero invito a que se contemple, es una verdadera joya de los bordados no tanto por la riqueza de los materiales como por su ejecución; los ojos de la Virgen que están bordados en apenas 5 mm de altura y el globo ocular tiene luces y sombras”, detalla.
Además, la Hermandad custodia en la Catedral otros dos estandartes, uno del siglo XIX, donación de los Condes de la Cañada, que está bordado en oro y en seda. Y otro anterior, una verdadera reliquia, del siglo XVIII, y que a pesar de que está muy estropeado se conserva convenientemente.
Entre el patrimonio figuran también las varas de mando, los ciriales, el juego de turiferarios o de incensarios, o la bandera corporativa que se realizó con un diseño del propio Alfonso Doblado.
La devoción a la Virgen del Prado
Por último, explica que otro de los objetivos de la hermandad es acercar la Virgen del Prado a todo el pueblo. Para ello, a lo largo de estos años se han incrementado las iniciativas encaminadas a tal fin como la apertura del Camarín a todo el mundo, con visitas guiadas, el día que se conmemora la festividad de su aparición, el 25 de mayo, el reparto de estampas tocadas por el manto, o la presentación de los niños a la Virgen del Prado, un acto litúrgico que empezó a celebrarse en 2017 y que se suele hacer un día del triduo, del 10 al 12 de agosto, con mucha aceptación entre las familias ciudarrealeñas.