El juicio del homicidio de La Atalaya acaba este viernes la jornada sin veredicto por parte del jurado en la Audiencia Provincial de Ciudad Real. Compuesto por siete mujeres y dos hombres, seguirá deliberando este sábado, por segundo día consecutivo. Juan Manuel Lomas, el octogenario que mató al intruso que se coló en su finca en la madrugada del 1 de agosto de 2021, podría ser condenado por homicidio u asesinato.
En libertad provisional desde mayo de 2022, el juicio al propietario de la histórica librería Aspas de la plaza Mayor de Ciudad Real, comenzó el pasado lunes. Desde su jubilación, José Manuel Lomas vivía y vive en la finca Valdelobos, una casa de campo aislada dentro de una zona de la capital en la que hay más viviendas.
La noche de la Pandorga de 2021, sobre las dos de la madrugada, se despertó para ir a regar, se tomó un desayuno ligero y salió al patio de su finca sin encender la luz. Entonces, notó que alguien había entrado en su propiedad y, alarmado, cogió la escopeta cargada con la que dormía. Hizo una ronda por el patio y sin mediar palabra -al menos es lo que dice- disparó dos veces “a un bulto” que tenía su motosierra, que resultó ser el hondureño de 35 años Nelson Ramírez.
Pero en vez de acercarse a comprobar qué había hecho -nadie ha demostrado lo contrario- volvió a entrar en su habitación, cargó la escopeta otra vez, y disparó de nuevo en la misma dirección, en esta ocasión “al aire”, dijo en la diligencia de reconstrucción del crimen. Después de esto avisó a la Policía Nacional en una célebre llamada al 091, que se filtró a la prensa, en la que informaba de que creía haber matado a una persona que se había metido en su corral, pero no estaba seguro de que estuviera viva o muerta.
Piden entre 12 y 25 años de prisión
“No pido perdón porque yo no maté a ese señor”, fueron este jueves las palabras de José Manuel Lomas en su alegato al final del juicio, en presencia de la madre y familiares de la víctima. El octogenario está convencido de que no lo hizo y de que le colocaron a una persona muerta en la finca.
El ministerio público solicita 12 años y medio a José Manuel Lomas por homicidio en el que entiende que no concurre ninguna eximente. Por su parte, la acusación pide 25 años de prisión, ya que considera que actuó con alevosía y por lo tanto cometió un asesinato.
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El fiscal Jesús Gil insiste en pedir una condena por homicidio sin atenuante, pues entiende que Lomas no actuó en legítima defensa. Considera que la reacción ante el allanamiento de la propiedad privada fue desproporcionada e ilógica para una persona supuestamente sujeta a un miedo insuperable.
Ramírez, con múltiples antecedentes policiales, no iba armado, ni se metió en la habitación de Lomas, ni habló con el octogenario. Según se ha podido saber durante el juicio, Lomas disparó sin preguntar dos veces, con una escopeta de caza, a menos de diez metros de distancia, y volvió a entrar en su casa, recargó otra vez la escopeta, y disparó por tercera vez, esta vez sin darle a la víctima, que murió desangrado por los primeros disparos.
Por su parte, Alfredo Arrién, el abogado que representa a la madre y hermanos del muerto, hace hincapié en que Lomas actuó con ira y venganza contra un desconocido, porque estaba harto de los supuestos asaltos a su propiedad.
Un miedo insuperable y trastorno mental
Por su parte, Juan Manuel Lumbreras Ruiz, el abogado de Lomas, insiste en que es un hombre mayor, obsesionado con la seguridad, que vive en un caserón aislado en medio del campo. Además, incide en el “trastorno delirante severo” y la “paranoia” de su cliente. Reclama la libre absolución, y en el caso de que se condene por homicidio al octogenario, que se apliquen las atenuantes de miedo insuperable y trastorno mental.