“La poesía de Pedro A. González y su carácter elegiaco”, un Trabajo Fin de Máster (TFM) de la profesora Rocío Acevedo sobre la obra de este escritor y poeta calzadeño, ha logrado la calificación de sobresaliente, concretamente, “la nota que me dieron fue un 8,5, acompañado de elogios, enhorabuenas y ánimos para que publicase”, explica la profesora del IES Comendador Juan de Távora de Puertollano a este digital. Este trabajo ha estado tutorizado por el doctor Jesús María Barrajón Muñoz, fue presentado el pasado 14 de diciembre y defendido ante un tribunal compuesto por la doctora Ana Rodado y los doctores Agustín Muñoz y Matías Barchino, profesor de la Facultad de Letras de Ciudad Real, como presidente.
El objeto de este estudio sobre la poesía de Pedro A. González, según la propia Acevedo, ha sido analizar el carácter elegiaco en la poesía del poeta calzadeño Pedro A. González Moreno en el que destacan los temas elegiacos presentes en su obra tales como la nostalgia, el amor, la pérdida, la lamentación, el olvido, la memoria, la desolación, la metapoesía, la destrucción, la muerte…
Paraíso perdido
Según explica Rocío Acevedo a lanzadigital, el tema del paraíso perdido protagoniza sus primeros versos de juventud del poeta, reunidos bajo el título Creciendo hacia la infancia (1979); versos que remiten a un tiempo, la infancia del autor, y a un espacio, el pueblo y los orígenes del poeta.
El amor, ligado al dolor y a la muerte, junto a la metapoesía, vertebran los poemarios Señales de Ceniza (1986) y Pentagrama para escribir silencios (1987), en los que se remite, de nuevo, a la pérdida. Amor, dolor y muerte se personifican en estos poemarios que recurren a la palabra como forma de evasión frente al dolor.
En el tercer epígrafe del segundo capítulo se reúnen los poemarios El desván sumergido (1999) y Calendario de sombras (2005) en los que se vincula la pérdida con la nostalgia y se remite al dolor por la pérdida del tiempo que transcurre, fugaz, hacía la muerte y que deja estelas de olvido y de recuerdo. “La pérdida sigue siendo la idea principal, ligada a la meditación sobre del tiempo y la presencia de la muerte”, señala Rocío Acevedo.
La poesía y su carácter elegiaco
Sin embargo, la profesora señala que la presencia más nítida del carácter elegiaco, en su significado más literal, se encuentra en el cuarto epígrafe, donde se reúnen La erosión y sus formas (2007), única antología de González Moreno, el Dodecaedro (2010) y los Anaqueles sin dueño (2010).
En la antología, predomina el desencanto del poeta, el desgaste, la erosión. En ella se reafirman todos los ecos elegiacos que han convertido la obra de González Moreno en “poética de la desolación”; mientras que, en el Dodecaedro y en los Anaqueles, la elegía se viste de luto, pues son dos libros compuestos por elegías que González Moreno dedica a personas reales, y que, por tanto, tratan el tema de la muerte real: por vía natural en el caso del primero, o por vía del suicidio en el caso del segundo.
Sentimiento de pérdida
Respecto al último poemario de González Moreno, El ruido de la savia (2013), la elegía se identifica nuevamente con el sentimiento de pérdida, ya que el poeta vuelve la mirada a sus orígenes y en ellos busca la savia nueva, presente en la imagen del árbol en torno a la cual se estructura todo el libro. “Savia necesaria, savia que dé sentido a su poética, savia para reconstruir su palabra y su propia vida; por ello, con respecto a toda la lírica anterior del poeta, en este poemario se advierte un cambio muy profundo”, explica la profesora.
Escasa atención a la poesía manchega
Rocío Acevedo considera que, aunque de manera modesta, este estudio contribuirá a paliar la escasa atención crítica en torno a la poesía manchega. A su juicio, se hacen necesarios estudios como este que den cuenta objetiva del valor de algunos de los poetas manchegos actuales, entre los que Pedro A. González Moreno tiene un papel muy destacado.
“Creemos haber ofrecido un panorama y análisis suficiente del tema elegido, uno de los poetas que consideramos más relevantes de la poesía manchega y española actual, del que Pascual Antonio Beño escribió: “Pedro Antonio González no es un poeta cualquiera de esos que tanto abundan y que tan poco ofrecen. Hay que leerlo despaciosamente, deleitándose, descubriendo sus claves, analizando su lenguaje, penetrando en sus escondites líricos, desentrañando y gozando sus metáforas y sus imágenes y sus símbolos […]. Hay que sorprenderse con su creación de palabras, con sus obsesiones, con su introspección lírica”.
Sobre Rocío Acevedo
Rocío Acevedo estudió el grado de Lengua Española y Literatura en la Facultad de Letras de Ciudad Real, donde hizo el máster en educación a lo que se dedica actualmente en un IES Comendador Juan de Távora de Puertollano como profesora de Lengua y Literatura. Optó por el estudio de la obra del poeta y escritor calzadeño tras ser animada por la profesora Rocío Alarcón.
Reconoce que el “camino ha sido duro, pero gratificante” no solo por lo que ha aprendido sobre la obra de González Moreno sino por la vinculación que ha establecido y que la ha llevado a presentarle en un acto en Fenavin y a participar en la presentación de su nuevo libro hace unas semanas, “Contra tiempo y olvido”, en la Biblioteca Pública de Ciudad Real.