Reconocido por su actividad en el Instituto Europeo de Intervención Operativa Policial, que compensa las carencias formativas del sistema con cursos, jornadas y seminarios, Juan Antonio Rodríguez Coque (guardia civil, abogado y comunicador), ha pasado por Ciudad Real para participar en una jornada sobre uso de la fuerza.
Una asignatura pendiente en nuestros cuerpos de seguridad, “en la que hay mucho que mejorar, porque no existe una única carrera profesional, cada cuerpo policial tiene sus propios planes formativos”, afirma; y por la dependencia de la preparación deportiva. También director del Defensa Verbal Institute, insiste en esta entrevista que la principal arma que tiene un policía no es la pistola, sino su cerebro
P.-¿La policía española está bien preparada para usar la fuerza?
R.-(Carraspea)Yo diría que no, hay mucho que mejorar, claro que tampoco se puede generalizar. Hay que distinguir entre los miembros de las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado, tanto autonómicos como estatales, y las policías locales. No existe una carrera profesional establecida a nivel institucional. La formación de la Guardia Civil no tiene nada que ver con la de la Policía Nacional y de las policías locales ya ni hablamos, cada una tiene las competencias de su localidad y suelen estar integradas en su comunidad autónoma, con su propia escuela de formación. Y luego tenemos las policías autonómicas.
P.-¿Considera que debería existir un sólo cuerpo de seguridad?
R.-No. Lo que estoy reivindicando es que exista una carrera profesional que sea la misma para todos. En España no existe un plan guiado desde instituciones superiores que sea igual para todos los policías, o por lo menos que haya un marco que fije un número de horas de prácticas sobre uso de la fuerza.
En cuanto a contenidos curriculares ya si que no tienen nada que ver. El modelo que más predomina es un modelo deportivo. Se contrata a profesionales de gimnasio o de artes marciales y sistemas de lucha para que enseñen a los policías a utilizar la fuerza, cuando un funcionario de policía no es un deportista ni la protección de derechos y libertades de un ciudadano es materia de deporte.
P.-¿Y esto dice que lo hacen todas las policías?
R.-Todas no, el primer paso para cambiar el modelo lo dio hace ocho años la Guardia Civil que ha establecido un sistema de intervención que deja fuera el aspecto deportivo que había predominado años atrás. Este es el buen camino, de entrada establecer desde arriba para todo el mundo cuál es el modelo de carrera profesional para que todo agente dé la misma respuesta al ciudadano sobre sus derechos y libertades. Cuando se practica la detención de una persona no sé está haciendo un deporte. Poner las esposas a una persona es algo muy serio que debe estar bajo control judicial, no puede venir nadie de un gimnasio a enseñar a un policía a reducir a un delincuente porque ese delincuente durante todo el proceso es un presunto delincuente”.
P.-¿En qué situaciones deben usar la fuerza los cuerpos de seguridad?
R.-Tenemos que distinguir dos cuestiones, por un lado la mera presencia de los agentes en la calle ya es en sí una coacción del uso de la fuerza, porque los ciudadanos saben que llevan armas y pueden utilizarla, y el uso en sí que está regulado por nuestro ordenamiento jurídico que dice qué se tiene que hacer de una forma oportuna, congruente y proporcional: la fuerza tiene que ser necesaria para el fin a cumplir, se tiene que utilizar el medio adecuado a las circunstancias y de forma proporcional.
Los Mossos y los atentados de Barcelona y Cambrils
P.-Tras los atentados yihadistas en Cataluña los Mossos d’ Escuadra (policía autónoma catalana) abatieron a seis terroristas ¿cree que usaron la fuerza de una forma adecuada?
R.-A mí lo que me llama la atención es que todo el mundo habla de ello y nadie se cuestiona si eso se hizo de forma jurídico legal o no.
P.-¿Y no fue así?
R.-A lo que me refiero es que la actuación no ha generado ninguna polémica, cuando tenemos muchos casos de uso de la fuerza por parte de Guardia Civil y la Policía Nacional en circunstancias mucho más gravosas que las de Barcelona. ¿Tendríamos la misma valoración si el hecho se hubiera producido en Sevilla y la operación la hubiera hecho la Guardia Civil y la Policía Nacional?, yo creo que no. Considero que en este caso se mezcla la política y el trasfondo independentista catalán que ha creado un paraguas de protección sobre su policía. Los yihadistas de Cambrils sólo llevaban navajas. Quince días antes de los atentados en las Ramblas y Cambrils hubo un hecho en la frontera de Melilla, en el que un sujeto con un cuchillo atacó a un policía al grito ‘Ala es grande’ y se cuestionó su actuación. Vemos que existen diferentes varas de medir para una misma situación, depende de quién la ha realizado.
P.-¿Qué le parece que les policías locales puedan llevar armas largas?
R.-Estoy de acuerdo en que las las fuerzas de seguridad dispongan de los medios adecuados a las necesidades sociales de seguridad del momento, ahora bien, ¿es necesario que todos los agentes de la Policía Local en un determinado momento lleven un arma larga?, creo que no, habría que hacer un estudio personalizado y dependiendo de las competencias, los servicios que harán y para que lo van a hacer. La principal misión de un policía local es la cercanía con el ciudadano, no me parece adecuado que un policía esté en la puerta de un colegio con un arma larga cruzada al pecho. Otra cosa es que para determinada circunstancias los agentes cuenten con ese medio y estén formados en esa materia.
P.-¿Qué objetivos tiene el Instituto Europeo de Intervención Operativa Policial que preside?
R.-Existimos desde 2008 por la carencia a nivel institucional de estas necesidades de formación práctica que tienen los agentes. El ciudadanos tiene que tener la garantía de que sus derechos y libertades están asegurados en un estado de derecho, pero a la vez el policía es un ser humano que tiene que protegerse y saber hacer uso de una defensa jurídica eficaz. En este instituto trabajamos profesionales de los cuerpos de seguridad que organizamos cursos para otros de la seguridad pública y privada.
P.-¿Qué propone en su nuevo libro ‘Intervención operativa policial’? [Lo presentó hace unos días en Ciudad Real]
R-. Es un trabajo que tiene detrás 40 años de experiencia en la Guardia Civil. Está escrito en forma de ensayo, no es un manual, en los diferentes capítulos abarca aspectos jurídicos y otras cuestiones como por ejemplo cómo funciona el cerebro de un agente en situaciones de crisis, algo muy importante.
El ser humano es lo que es nuestro cerebro, reacciona ante determinadas circunstancias, este libro abarca la negociación policial a través del método defensa verbal y persuasión. Vemos cómo la persuasión es la principal arma que tiene un agente, de hecho para mí la principal arma que tiene un policía es su cerebro, y el cerebro es moldeable. El policía tiene que estar preparado para correr para el lado contrario de donde van a correr el resto de los ciudadanos.
