Pablo Martín del Burgo, que es uno de los párrocos de San Pedro y que ha sido el encargado de presidir la procesión, ha explicado que todos los años suele contar con la presencia de numeroso público: “Es muy participativa. Y lo es aún más cuando hace buen tiempo, como ha pasado este viernes”

En una agradable y soleada tarde de este 3 de febrero, San Blas ha vuelto a salir a la calle en procesión, tal y como manda la tradición y la devoción cristiana, arropado de cientos de niños y jóvenes que han querido acompañar a uno de los santos más queridos de Ciudad Real.
Sacado por los Scouts de San Pedro, a eso de las 17.30 horas el santo ha salido desde la céntrica Iglesia en medio de una gran emoción para hacer el habitual recorrido procesional. Las andas que llevan al santo, patrono de enfermedades de la garganta y laringólogos, han sido portadas por entusiastas jóvenes, recorriendo, una vez dejado el templo parroquial, las calles Ramón y Cajal, las plazas del Pilar y Cervantes, prosiguiendo por la Plaza Mayor, la calle Carlos Vázquez y Paloma, para volver a la iglesia pasadas las seis de la tarde.

Si por algo destaca esta procesión es por los cientos de niños y adolescentes que acompañan a San Blas durante su recorrido. Pablo Martín del Burgo, que es uno de los párrocos de San Pedro y que ha sido el encargado de presidir la procesión ha explicado a Lanza que todos los años suele contar con la presencia de numeroso público: “Es muy participativa. Y lo es aún más cuando hace buen tiempo, como ha pasado este viernes”.
Aclara que incluso se ha suspendido la catequesis de esta tarde para que todos aquellos adolescentes que lo deseasen “pudieran acompañar la salida de San Blas”, comenta el párroco.

“San Blas es un santo muy popular, lo que hace que también sean numerosas las familias con niños que están presentes”. Todo ello dentro de una alta participación, circunstancia que para el párroco de San Pedro también ha supuesto un motivo de celebración y alegría.
Sobre un exorno de liliums rojos y blancos, y algún que otro adorno floral más, la imagen de San Blas ha recorrido algunas de las céntricas calles de Ciudad Real con la corona se santo, la mitra, el báculo y el anillo de obispo, la palma con el lazo rojo del martirio y la pañoleta de los scouts, como viene siendo tradición.
La imagen del santo fue bajada el pasado miércoles desde la capilla de San Juan Bautista, donde San Blas permanece en el retablo junto a la imagen de Jesús Nazareno.
Según comentó el propio don Pablo Martín del Burgo, San Blas nació en la ciudad de Sebaste (Armenia), donde llegó a ser obispo. En el primer tercio del siglo cuarto fue martirizado, dentro de las últimas persecuciones a los cristianos.

La tradición también cuenta que Blas de Sebaste, que además de obispo era también médico, era conocido por su don de curación milagrosa, que aplicaba tanto a personas como a animales. Salvó la vida de un niño que se ahogaba al clavársele en la garganta una espina de pescado. Este es el origen de la costumbre de bendecir las gargantas el día de su fiesta, el 3 de febrero.

Caridades y velas para compañar al santo
Tampoco han faltado este año las típicas y conocidas ‘caridades’ de San Blas (un puesto las lleva vendiendo en el exterior de la iglesia desde el pasado miércoles, coincidiendo con la ‘Candelaria’), ni las velas que han alumbrado el recorrido, cuyos vendedores han obsequiado al público con una medalla de San Blas al adquirir su vela.