La Residencia Universitaria Francisco Nieva, ubicada en Ciudad Real, está en proceso de rehabilitación con el objetivo de reabrir sus puertas el próximo curso académico. Las obras, que están siendo ejecutadas por una empresa privada en régimen de concesión, suponen una inversión significativa para recuperar un espacio deteriorado por el vandalismo en los últimos años.
El arquitecto responsable del proyecto, Javier Ramírez de Arellano, ha explicado que la intervención incluye la reforma integral de las 57 viviendas, que cuentan con entre dos y cuatro dormitorios, sumando un total de 211 plazas. «Estamos rehabilitando todas las viviendas para que sean completamente accesibles y actuando también en las zonas exteriores. Vamos a implementar ascensores, escaleras nuevas y reformar íntegramente las cocinas y los aseos», ha detallado. El plazo de finalización de las obras está previsto para finales de julio.

Por su parte, el vicepresidente segundo del Gobierno de Castilla-La Mancha, José Manuel Caballero, ha subrayado la importancia del proyecto para el conjunto de la región y, en particular, para Ciudad Real. «Se trata de un impacto positivo en el mundo universitario y juvenil, ya que supondrá la incorporación de más de 200 plazas de alojamiento, lo que implica un incremento del 50% en la capacidad de residencia universitaria de la capital, pasando de 400 a más de 600 plazas», ha afirmado.
Caballero ha destacado que la reapertura de la residencia contribuirá a distensionar el mercado del alquiler en Ciudad Real. «Al ofrecer estas plazas, se liberarán pisos que actualmente ocupan estudiantes, facilitando el acceso a la vivienda para familias y jóvenes parejas. Además, la incorporación de 200 nuevas plazas en el mercado podría propiciar una bajada de los precios del alquiler», ha asegurado.

El vicepresidente ha indicado que esta estrategia forma parte del plan del presidente Emiliano García-Page para mejorar las alternativas habitacionales destinadas a universitarios y jóvenes profesionales, con un modelo de uso mixto que contemple también la posibilidad de alojamiento vacacional y cultural en periodos no lectivos. «Este modelo de concesión permite recuperar un recurso deteriorado sin coste para el erario público, con un impacto muy positivo en el mercado de la vivienda», ha concluido Caballero.