El pleno del Ayuntamiento de Almagro celebrado en la noche del pasado jueves, 6 de junio, puso de manifiesto la quiebra del actual gobierno de coalición (PP cinco concejales y Por Almagro, dos concejales). Por dos veces el hasta ahora primer teniente de alcalde y líder de Por Almagro, Genaro Galán, votó en contra del equipo de gobierno, una oportunidad que aprovechó la oposición (PSOE, seis concejales) para sumar sus votos al de Galán y derrotar estrepitosamente al PP, liderado por un atónito e ingenuo alcalde Francisco Javier Núñez.
Los temas no eran baladíes: actualización de la ordenanza del cementerio municipal y el futuro uso del palacio de los Medrano (S.XVI).
Siendo ya graves las consecuencias políticas de estas votaciones para el futuro de la gobernabilidad del Ayuntamiento de Almagro, lo peor fueron las formas. El alcalde Núñez acusó a Galán, su compañero de coalición, de traidor y éste le contestó con la no menor descalificación de mentiroso.
Vistas las caras de uno y de otro, la desconfianza parece ser ya total entre ambos. Muy difícil de reconstruir.
Por eso el alcalde metió el dedo en la llaga al asegurar que “nos ha picado el alacrán”, en referencia a la famosa fábula clásica de la tortuga y el alacrán, en la que el alacrán le pide a la tortuga que le deje subir a su caparazón para cruzar el río y ella duda por el temor a que la pique y la mate. El alacrán la convence argumentando que no la va a picar porque si lo hiciera morirían los dos. Al final, en mitad del río, el alacrán pica a la tortuga y antes de morir le pregunta por qué la ha picado si van a morir
los dos. El alacrán contesta que “es mi naturaleza”.
Tremenda la metáfora utilizada por el alcalde, que, por cierto, es una metáfora que ya viene de
legislaturas anteriores. ¿Esa es la naturaleza política de Galán?
Que cada cual saque su lectura y conclusiones. Pero lo cierto es que esta coalición de gobierno comenzó mal hace justamente un año porque no se basó en un programa de actuación –si existe, nunca se hizo público- sino en un pacto de mera distribución de poder, competencias y remuneraciones económicas.
Qué puede suceder ahora. Son varias las hipótesis: 1) Reconducir el pacto de coalición porque en esos momentos, tras las elecciones europeas, el PP no puede dar un balón de oxígeno al PSOE facilitando que recupere una Alcaldía tan simbólica como la de Almagro. Al aún alcalde se le echarían encima sus jefes provinciales, autonómicos y nacionales si permitiese este vuelco político. Así que Núñez tendrá que hacer de tripas corazón, pasar por el aro, ser disciplinado y plegarse a las condiciones de Genaro Galán, Y
otra vez a comenzar a cruzar el río. Al tiempo. Claro, que a pocas semanas del estreno del Festival Internacional de Teatro Clásico tampoco sería el momento para abrir una crisis política municipal de graves consecuencias.
Habrá que esperar.
2) La posición de Galán queda también muy debilitada, ya que su compañera de grupo, Concepción Ledesma, ha preferido seguir votando con el PP y dejar solo a Galán. El grupo de Por Almagro debe estar ahora mismo en plena ebullición y profundamente dividido sobre el futuro inmediato. Por eso, Galán no debería dar un paso más en falso y, si es destituido de todas sus responsabilidades municipales, tal y como le ha amenazó en el pleno el alcalde, deberá pasarse al grupo de no adscritos y votar según conciencia, es decir unas veces con PP y otras con PSOE, lo que hará aún más imprevisible la gobernabilidad municipal.
Y 3) posible moción de censura del PSOE con el apoyo de Galán. Quizás sea la solución más complicada. Pero en política todo es posible. Hay demasiados antiguos rencores personales entre los líderes socialistas y Galán. En cualquier caso, para llevar a cabo esa operación el PSOE debería pensar en el futuro y llevar a cabo previamente una profunda reorganización de su grupo municipal. En este sentido, sería una buena ocasión para corregir errores de confección de lista y de campaña y, en consecuencia, programar las dimisiones de su cabeza de lista, Francisco Ureña, y del ex alcalde Daniel Reina. Ureña aún está en shock por su fracaso electoral y la inclusión de Reina en esa lista fue un error estratégico de principiante. Alguien que ha sido alcalde durante ocho años no debe ir en las siguientes listas como concejal a pie, aunque solo fuera por higiene y salud política. Elemental.
Esas dimisiones facilitarían el tan necesario y urgente cambio generacional en el PSOE, el ascenso de una mujer a los cargos más representativos y el rejuvenecimiento de su estructura. Quizás solo así, Galán podría plantearse su apoyo a una moción de censura, eso sí, basada en la transparencia y en un acuerdo claro y transparente de gobierno.
En cualquier caso, la ruptura del bloque de gobierno municipal y la amenaza del alcalde de destituir a su primer teniente de alcalde de todas sus responsabilidades de gobierno coloca al Ayuntamiento de Almagro a la deriva, en una posición muy complicada, que puede presagiar que esta legislatura que ahora cumple un año esté ya anticipadamente perdida.
Una desgracia para los intereses generales de Almagro.
