“Un tío único”, “un gran amigo” y “muy buena gente” fueron algunas de las frases, pronunciadas con un nudo en la garganta, que se escucharon al salir del funeral de Ramón Barreda que llenó de ciudarrealeños la iglesia de San Pedro, tristes y conmocionados por la pérdida del que fuera concejal de Festejos y Tradiciones Populares.
Abatidos por su fallecimiento, algunos de sus muchos amigos recordaron momentos extraordinarios, entrañables y divertidos que vivieron junto a él, un hombre caracterizado por su “vitalidad, jovialidad y alegría”, así como por ser “una persona arrolladora” y con un humor muy sano que lo llenaba todo cuando llegaba a cualquier sitio, describió en el propio funeral el párroco de San Pedro, Pablo Martín del Burgo, para quien “seguro que ahora Ramón está llorando por vosotros pero alegrando al Señor y la Virgen con su forma de ser, seguro que el cielo hoy llora por vuestra tristeza pero sonríe en la alegría de Ramón”, de manera que animó a vivir en “la esperanza de volver a estar un día a su lado en la Resurrección”.

La aflicción y pena que se apoderaron del templo logró un tanto achicarlas precisamente su hija, Celia, que leyó un texto, algo que le había anunciado a su padre, muy cinéfilo, que iba a hacer como hacen en las “películas americanas”, a lo que Ramón le espetó “deja de decir tontás y chuminás campestres”.
En su intervención, recordó que mucha gente le ha preguntado cómo su padre era “tan aficionado al Betis” y ella les contaba que, “cuando era chiquitillo, envío cartas a todos los equipos de fútbol pidiendo una foto y unos banderines y el único que contestó fue el Betis”, con lo que, “desde ese día, se convirtió en forofo”, lo cual demuestra “lo noble, leal y fiel que era”.

“Todos los que tuvimos la suerte de estar con él recordamos su alegría, sentido del humor y gran corazón”, esbozó Celia, para quien, “ahora, a todos los que despidió a lo largo de los años, estarán abriéndole las puertas del cielo, recibiéndole con una gran ovación” y diciendo “ya ha llegado el poeta satírico” y contará una coplilla como la que dedicó a la asociación de coros y danzas titulada ‘Y uno para todos’.
“Sé que mi padre vivirá muchos años porque habrá mucha gente que seguirá riéndose con todos los chascarrillos que contaba” un “hombre muy particular y especial”, expuso Celia, que echó mano de la reflexión del escritor Héctor Abad Faciolince en el libro ‘El olvido que seremos’ para cuestionar “¿cuántas personas podrán decir que tuvieron al padre que quisieron tener si volvieran a nacer? Yo sí, una y mil veces, que me acompañase e hiciera reír a carcajadas en una y mil vidas. Gracias papá”.

Numerosas personas presentaron sus condolencias a la mujer e hija de Ramón Barreda y sus hermanos, entre ellos el ex presidente de Castilla-La Mancha, José María Barreda, que acudió junto a su esposa, Clementina Díez de Baldeón.
De muy diversos ámbitos y sectores asistieron a la misa de funeral, entre ellos, la alcaldesa, Eva María Masías; el ex alcalde con el que fue concejal Ramón Barreda, Francisco Gil-Ortega; el concejal de Mantenimiento, Casimiro Pastor; el portavoz del Grupo Municipal del PP, Francisco Cañizares, y el ex alcalde de Pozuelo de Calatrava, Domingo Triguero; así como el rector honorario de la UCLM, Luis Arroyo; el decano de los abogados, Cipriano Arteche; los responsables de Asaja, Pedro Barato y Florencio Rodríguez; la presidenta de Afammer, Carmen Quintanilla; y el diputado de Vox, Ricardo Chamorro. Así mismo, estuvieron presentes técnicos municipales y personas estrechamente ligadas a hermandades y asociaciones culturales, de tradiciones y folclore.