La Sección Segunda de la Audiencia Provincial de Ciudad Real ha iniciado esta mañana el juicio contra cuatro personas acusadas de haber retenido ilegalmente, bajo amenazas y violencia, a un hombre durante más de diez horas con el objetivo de cobrarle una supuesta deuda de 2.500 euros. La Fiscalía solicita penas de hasta cinco años de prisión para los procesados, que están acusados de detención ilegal y robo con violencia e intimidación, además de coacciones, amenazas y lesiones psicológicas.
Según el escrito de acusación, los hechos ocurrieron en la madrugada del 3 de marzo de 2020, cuando sobre las 2:30 horas la víctima, R.I.P.I., se dirigía por la calle de la Mata hacia el Hospital General de Ciudad Real. En ese momento fue interceptado por uno de los acusados, I.A.C. (a quien había conocido en prisión), quien lo amenazó con tirarlo a un pozo si no pagaba una deuda de 2.500 euros, y le arrebató 300 euros en efectivo que llevaba consigo.
A continuación, lo introdujo por la fuerza en un vehículo donde le esperaba M.T.M.R., una mujer que había conocido tres meses antes. Durante el trayecto, M.T.M.R. le advirtió que, si no pagaba, lo acusaría de haber abusado sexualmente de ella.
Esta versión que recoge el escrito de la Fiscalía ha sido distinta a la que hoy ha ofrecido la víctima en su declaración. Alegando a problemas y a un mal momento personal, ha realizado un testimonio confuso por momentos en el que ha culpado de las amenazas y la detención ilegal a I.A.C., indicando que M.T.M.R. estaba durante los hechos, pero sin decir nada.
En este sentido, en la vista se ha recordado a la víctima que en la Comisaría y en su primera declaración al Juzgado de Primera Instancia había culpado a M.T.M.R. rectificando un mes después mediante un escrito registrado en el Juzgado y centrando la culpabilidad en I.A.C.
Cajeros y La Atalaya
Regresando a la noche de los hechos, el escrito de la Fiscalía indica que tras introducir obligado a R.I.T.I. al coche, I.A.C. y M.T.M.R. lo trasladaron en repetidas ocasiones a La Atalaya, donde lo mantuvieron bajo amenaza de muerte durante largos intervalos de tiempo. En una de las ocasiones, la víctima fue obligada a permanecer junto a un repetidor durante más de una hora, recibiendo amenazas explícitas: “Te vamos a matar y tirar a un pozo”.
Tras varios intentos fallidos de obtener dinero en cajeros automáticos, decidieron llevarlo al domicilio de M.T.M.R., donde lo retuvieron durante más de tres horas, con un cuchillo colocado sobre la mesa en actitud intimidatoria. Durante esa estancia se unió al grupo A.B.B., el tercer acusado, quien presuntamente colaboró en las labores de vigilancia.

En este sentido, durante la vista la víctima ha manifestado que ni A.B.B. ni A.L.M, que luego se incorporaría al grupo, hicieron nada y seguramente no sabían ni se dieron cuenta de lo que pasada.
De bancos por la mañana
Continúa el escrito de la Fiscalía, a primeras horas de la mañana lo condujeron a una oficina de Unicaja, en la calle Calatrava, donde intentaron sacar dinero de su cuenta bancaria, siempre bajo la supervisión de los acusados. Ante la imposibilidad de realizar la operación por falta de identificación y saldo, y al ser detectadas actitudes extrañas por parte del personal de la sucursal, intervino otra trabajadora. La víctima aprovechó entonces un momento para intentar pedir ayuda, pero luego se retractó visiblemente atemorizado, pidiendo a la trabajadora que dijera que la transferencia tardaría unas horas en llegar.
Las dos trabajadoras que atendieron al afectado, han ratificado hoy en la vista lo que declararon en primera instancia, indicando una de ellas que, tras marcharse de la oficina, llamó a la Policía.
Durante la mañana, los acusados realizaron llamadas al padre y hermanos de la víctima, utilizando su propio teléfono móvil, para presionarlos con frases como: “Nos dais el dinero y lo soltamos. Si no, nos lo llevamos y ya veremos qué hacemos con él”.
Hoy ha declarado el hermano de la víctima, con quien no tiene relación, que recibieron las llamadas, “que parecían serias”, en las que hablaron un hombre y una mujer, que pidieron 6.000 euros para soltar a su hermano.
La situación se prolongó hasta bien pasado el mediodía. Según el escrito de la Fiscalía, en torno a las 12:30, los procesados contactaron con un cuarto acusado, A.L.M., que supuestamente conocía a alguien que les podía facilitar una vivienda en Santa Cruz de Mudela para encerrar allí a la víctima si no se obtenía el dinero. A.L.M. tomó el control de la situación y acompañó a R.I.P.I. por diversas calles de Ciudad Real, con instrucciones claras para impedir que escapara.
Concluye es escrito de acusación indicando que la víctima intentó aprovechar la presencia de varias personas mayores en una sucursal de “La Caixa” para pedir auxilio, fingiendo que uno de ellos era un familiar. Entró solo a la oficina y, al dirigirse al director, le pidió ayuda.
La Policía Nacional contó en su momento que la liberación del supuesto secuestrado se produjo a las 14.45 horas del 3 de marzo de 2020. Hasta el banco se desplazaron varias unidades de Seguridad Ciudadana y el equipo de Negociadores. Las detenciones de los sospechosos, que huyeron de la sucursal cuando llegó la policía, se hicieron al día siguiente y algo más tarde se detuvo al cuarto implicado.
Durante todo este tiempo, los procesados habrían impedido a la víctima abrir las puertas del coche o bajar las ventanillas. Además de los 300 euros en efectivo, se apoderaron de dos teléfonos móviles.
Para los abogados de los acusados, no hay ni ‘secuestro exprés’ ni detención ilegal: “Se ha exagerado el intento de cobrar una deuda”.
La Fiscalía sostiene que los hechos constituyen un delito de detención ilegal, en concurso con un delito de robo con violencia e intimidación, y solicita una pena de cinco años de prisión para I.A.C. y M.T.M.R., y de cuatro años y seis meses para A.B.B. y A.L.M. También se pide que indemnicen a la víctima por el valor de los efectos sustraídos, los gastos del nuevo DNI y los intereses legales.
Este miércoles continúa el juicio con la declaración de los cuatro acusados.