La Tercera División es esa categoría amateur en la que muy pocos pueden vivir y tener un proyecto de vida en base a sus ingresos. Hay clubes que se pueden permitir el sueldo de sus ‘estrellas’, pero la gran mayoría de los jugadores perciben unos ingresos que, en la mayoría, les sirve de sobresueldos.
En este sentido, prácticamente la mayoría tienen un trabajo y una profesión aparte del fútbol. Unos son autónomos, otros, profesores, otros, comerciales, otros, agricultores y otros trabajan en lo que le salen para subsistir de la mejor manera posible, pero pocos, muy pocos, pueden vivir bien de lo que ingresan del fútbol. En pocas palabras, pan para hoy y hambre para mañana.
Repasando los cinco equipos provinciales de la tercera división, todos y cada uno de ellos cuentan con técnicos o jugadores que tienen su faceta profesional más allá del fútbol.

Darío y Jacinto, a tope con la agricultura
El entrenador del Calvo Sotelo y el capitán del Socuéllamos comparten la misma profesión. Ambos son agricultores y poseen maquinaria agrícola para las labores del campo. Arar, podar, vendimiar o plantar son algunas de sus labores y que, además, recientemente, se les han llamado ‘trabajos esenciales”.
“Estamos liados con las viñas, reponiendo, poniendo alambres, plantando… Es cierto que acusas el parón, pero a mí, personalmente, poco me ha afectado porque sigo con mis labores del campo. Por lo menos te da el aire, aunque echas mucho de menos muchas cosas como tomarte un café en el bar o socializar con la gente. Ahora, los trabajadores, van al campo en sus coches particulares y seguimos las medidas a rajatabla. Aunque estemos trabajando, tenemos que ser responsables socialmente”, explicaba Jacinto. Por otro lado, en lo deportivo, reconocía que “en casa hacemos un trabajo físico que nos manda el mister. Como siga con tanta bicicleta, al final voy a correr el tour”, bromeaba el capitán del Socuéllamos.
Por su parte, Darío Martín, reconocía la normalidad dentro de su rutina. “Yo sigo trabajando en el campo para cuidar la tierra y que dé su fruto. Estamos plantando, preparando el terreno para el cereal, arando, echando abono. El parón lo he notado por el fútbol, pero no por el campo porque al fin y al cabo, siempre trabajo solo en el campo y apenas estás en contacto con la gente. Quizá si te cruzas con otro agricultor por un camino, te paras a preguntar lo justo y poniendo las medidas de por medio. Por eso, el hablar con la gente y la rutina del día a día se echa de menos. En definitiva, vas de casa al campo y del campo a casa”, señalaba.

Astillero y su parón remunerado
El capitán del Almagro trabaja para una empresa de maquinaria y obras públicas. Posiblemente se haya fabricado miles y miles de kilómetros de carretera con su máquina que lleva a diario, pero desde este lunes, Astillero, como todos los trabajadores de las obras, se han visto obligados a parar.
“Estábamos en una obra al lado del aeropuerto de Madrid y AENA nos ha mandado parar. Por lo tanto, con la última normativa, nos hemos ido a casa con este parón remunerado. Luego, cuando volvamos, tenemos que recuperar las horas que no hemos trabajado hasta el 31 de diciembre, pero por lo menos, de momento, tenemos tranquilidad”.

De la Hoz y Jesute, teletrabajando
Por último, De la Hoz y Jesute trabajan desde casa en lo que, últimamente, se ha llamado teletrabajo. El capitán del Manchego es un gestor de la empresa Naturgy y desde casa puede realizar todo tipo de operaciones y movimientos con sus clientes. Por su parte, el lateral izquierdo de La Solana trabaja desde casa haciendo clases de pilates y gimnasia de mantenimiento. “La verdad es que a todos nos ha afectado el parón. Yo, de dar clases colectivos en varios centros y asociaciones, me he visto obligado a dar las clases desde casa. Quizá sea más complejo porque pierdes el contacto con la gente, pero creo que mi labor también es importante en este tiempo de confinamiento en el que todo, de alguna manera, tenemos que arrimar el hombro”.