No se parece en nada a Mick Mars, sobre todo en lo de no moverse de la baldosa, pero ‘clava’ los riffs y punteos de uno de los mejores guitarristas del rock y que, a su juicio, debería estar más reconocido. Sonia, natural de Alcázar de San Juan, confiesa que debe “trabajar todos los días” para estar a la altura de Mick y practicar sus temas, aunque asegura que el verdadero gran reto para ella es subirse al escenario con unas botas de tacones similares a las que gasta el músico californiano.
Guitarrista del grupo femenino manchego Yellyfish, cuando culminó este proyecto vio en Madrid un anuncio en el que se proponía la creación de una formación para hacer un tributo a Mötley Crüe, cuyas canciones, reconoce, “son mi rollo, mi sonido, mi estilo”, por lo que se dijo “¡Venga! Esto es para mí”.
Quedó con la bajista madrileña y fundadora del grupo, Inés Sixx, y en la misma prueba ya le dijo que estaba dentro de la banda, junto a la cantante argentina Victoria Neil y la batería también madrileña Jess Lee, con lo que adoptó, como el resto de integrantes del grupo, el apellido que le correspondía como guitarrista, aunque asevera que le va a dar su toque al surcar las seis cuerdas como Mars. “No voy a estar parada, soy muy activa y necesito moverme”.
Eso sí, le encanta el sonido que saca el guitarrista de los Mötley. “Yo no soy una guitarrista de solos largos, sino de riffs y un solo contundente, que sea lo justo, necesario y digas ¡guau!”, expone, al tiempo que expresa su admiración por Mick Mars ya que, aunque sea “el más parado por los problemas de salud que tiene, no descansa” al ser un solo guitarra por lo que tiene que estar presente siempre. “Ya me gustaría a mí si tuviera una enfermedad tocar así y hacer esas jugadas tan buenas” con la guitarra, admite.
A tope
En el primer encuentro en octubre de 2019 de estas cuatro apasionadas de los Mötley ya se dieron cuenta de que la propuesta prometía, “sonaba genial”, por lo que “nos pusimos a tope a ensayar” y preparar el vestuario, inspirado en la época del álbum ‘Shout at the devil’ y realizado artesanalmente por ellas mismas. “Creamos la página web y empezamos a ver cuándo podíamos estar listas porque nuestro show no sólo va a ser tocar sino también imitar sus movimientos, el toque de locura que tienen, para rendirles el mejor homenaje”, con lo que fijaron para el 15 de mayo de 2020 su primer concierto, pero llegó la pandemia.
Menos mal, comenta, que, previamente a la irrupción del Covid, habían grabado en los ciudarrealeños estudios de Dave Niza las versiones de dos temas, ‘Live Wire’, del que sacaron el primer vídeoclip oficial del grupo de tributo, y ‘Looks that kill’, grabación esta última que utilizaron para hacer un vídeo cover cada una de ellas desde su casa en el confinamiento, con montaje posterior conjunto, que presentaron al concurso que convocaron los Mötley Crüe a nivel mundial en ese período, resultando ser una de las tres formaciones finalistas elegidas por el grupo estadounidense, que compartió el vídeoclip de la versión de ‘Live Wire’ de Lädies Crüe en sus redes junto con las propuestas de otros dos participantes más de todo el mundo.
“Es lo único bueno que ha tenido la cuarentena para nosotras, puesto que gracias a este concurso Mötley Crüe se hizo eco de que existimos, nos dieron su aprobación e hicieron una mención especial a nuestro vídeo”, señala Sonia Mars, que indica que, sin haber pisado como grupo todavía ni un solo escenario, ya tenían multitud de fechas cerradas para tocar en un gran número de ciudades y festivales de todo el país, incluso del exterior como en Alemania, que se han ido aplazando y ahora mismo “está todo en el aire” a la espera de que mejore la situación originada por la pandemia. Por lo pronto, “nosotras seguimos al pie del cañón, ensayando, y estamos preparando un show de unas dieciocho canciones que va a ser un concierto muy cañero, de principio a fin, no paramos”.
“Un cañonazo”
Así mismo, barajan sacar nuevos vídeoclips e incluso hacer próximamente un streaming, un concierto en directo a través de un link, señala Sonia, que asegura que sus compañeras en Lädies Crüe son “todas un cañonazo” y “cada una tiene su brillo especial”. Inés es “muy buena bajista, lleva tocando toda la vida”, ha sido la fundadora y el motor de este proyecto como Nikki Sixx en Mötley, y en el escenario es “puro fuego, como el pájaro del trueno, no para, transmite mucha seguridad porque vamos clavadas y la veo con su energía tocando y me da el subidón”.
Por su parte, Victoria Neil es “glam, es su día a día, la ves por la calle y dices ‘esa chica tiene que tener una banda’, es puro talento, tiene una fuerza tremenda cantando y mucho power, es una súper front-woman, se come el escenario. Vicky es muy grande”.
“Y de Jess Lee a la batería ¿qué voy a decir? Lleva tocando toda la vida y mete una caña… Cuando le da al doble pedal…, es atronadora, buenísima, y además clavada al tempo, es un metrónomo, y sobre todo es que puede estar metiendo una caña bárbara y está sonriendo tranquilamente, está a muerte tocando y la ves tan serena que te transmite una paz…, cómo puede ser que esté tocando así y esté tan tranquila”. Todas ellas son muy seguras, tienen muchas tablas, resalta y no tiene dudas de que que Jess, que “se apunta a un bombardeo”, se atrevería a tocar una batería giratoria como lo hizo Tommy Lee.
La única en el país y sólo otra en el mundo
Hay muchas bandas tributos de un gran número grupos de como AC/DC, los Maiden, Metallica o Guns and Roses, pero no tantas de los Mötley y que sea femenina tan sólo conocen que exista en el mundo otra en Estados Unidos, apunta Sonia, que destaca la buena sintonía con otras formaciones de varios países que también rinden homenaje a esta formación californiana hasta el punto que han hablado de crear un festival de tributo centrado en este grupo que, curiosamente, ha estado a punto de desaparecer “mil veces y justo cuando creamos Lädies Crüe se volvieron a juntar y siguen en activo”.
El sonido de Lädies Crüe en conjunto es “muy contundente”, “un tributo explosivo y al límite” como los propios Mötley, “puro nervio”, a excepción de Mick Mars, al que se le perdona todo por su forma de tocar la guitarra. “Y así somos” también nosotras, “muy activas en el escenario, nos gusta hacer un show muy glamouroso, darlo todo en el escenario”, el cual “vamos a coger con más ganas que nunca, cuando pisemos un escenario va a arder”.
Acero y seda
Pero Sonia Mars también tiene una cara B, oculta como la de la Luna, con el nombre de Sonia Lofish. “Siempre me he definido como rock and roll. El rock todo el mundo lo conoce por los grupos en los que he tocado, mientras que el roll es mi otra cara”, una música más tranquila, sensible, tierna y hasta romántica.
Como Sonia Lofish ha subido a las redes sociales tres vídeos, al piano o la guitarra acústica, de un tema propio, ‘A wonder’, y dos covers, ‘Lost stars’ y ‘Lost boy’ y va a sacar próximamente otras tres canciones de su propia autoría.