El fiscal de Violencia sobre la Mujer de Ciudad Real Jesús Gil no tiene dudas: el caso de José Manuel M.C.N.A., acusado de presuntos malos tratos, lesiones e inducción al aborto por la mujer con la que convivió apenas año y medio en Pozuelo de Calatrava, es de los más graves que se han denunciado en la provincia.
Gil, que ha mantenido al final del juicio la petición de 18 años de cárcel para el acusado, considera “adecuada y ponderada” la pena, ante la gravedad de unos hechos que han avalado más de una decena de peritos forenses, psicólogos y psiquiatras, y, en sintonía con la acusación particular que ejerce la propia víctima, ha solicitado al tribunal que juzga el caso que aplique la “perspectiva de género” en la sentencia.
Tomás Fernández-Arroyo, el abogado de la mujer, ha ido más lejos en su alegato al final del juicio, “estamos ante unos hechos de una especialísima gravedad”, que según él podrían haber terminado con la muerte de la mujer si no hubiera logrado escapar del control del acusado, el 15 de agosto de 2012.
Con graves secuales más de seis años después
El abogado de la acusación exige 26 años de prisión para José Manuel por los mismos delitos que la fiscalía, pero añade uno más, el de provocar con las palizas y el estrés psíquico, secuelas psicológicas graves en la chica que casi siete años después de rota la relación le impiden hacer una vida normal.
Fernández-Arroyo ha hecho hincapié en la última sesión del juicio en la contundencia con la que los peritos han avalado la existencia de un caso grave de malos tratos en la relación de este hombre, de 40 años en la actualidad, con la denunciante, y se ha defendido de las acusaciones de la defensa de falta de verosimilitud del relato de la víctima, “es que no solo que lo cuente ella, hasta catorce peritos cualificados han hablado de anulación de la persona, ¿cómo es posible que tanto profesional se equivoque?”
La defensa reclama el derecho a la presunción de inocencia
Pues eso último es lo que cree la abogada Cristina Marín, que ha pedido la libre absolución para este presunto maltratador, “se parte de la base de que José Manuel es un maltratador y eso lo ha contaminado todo”, ha dicho.
La letrada se ha quejado de que cuando ‘C’ denunció al acusado, el 18 de agosto de 2012, puso una denuncia de un maltrato mínimo, en el que no salía lo del aborto ni las palizas, que ha ido engordando a lo largo de la instrucción sin que el acusado supiera hasta años después de qué estaba acusado exactamente.
La abogada también ha arremetido contra la “imaginación portentosa” de la denunciante, de la que según su valoración “ha faltado a la verdad” en su relato.
Esta parte no solo niega que la denunciante abortara de forma voluntaria, “ni siquiera sabía la fecha exacta en la que le hicieron el aborto” (la víctima erró dos días en el dato), sino que la relación con José Manuel fuera estable y tan intensa como ha comentado. La defensa ha llevado a declarar a una amiga del acusado que supuestamente también se acostaba con él de forma esporádica entre el año 2011 y 2012, “y no era nada violento”, ha argumentado la testigo.
En la última sesión del juicio, celebrado en la sección segunda de la Audiencia Provincial de Ciudad Real, también ha prestado declaración el equipo psicosocial de los juzgados, que han avalado la veracidad de la historia. “En los años que llevamos de profesión es el caso más grave que hemos visto en tan poco tiempo de relación” (año y medio entre 2011 y 2012).
“La historia de C nos ha impactado muchísimo”
“La historia de C nos ha impactado muchísimo”, han asegurado Cristina Pozo e Isabel Herrera, las últimas peritos en considerar probados los malos tratos psicológicos, físicos y las vejaciones que sufrió esta mujer durante su convivencia con José Manuel C.M.
Y han dado a entender que hubo graves episodios de violencia sexual, abuso económico (el acusdo la obligaba a pedirle dinero a sus padres), que ni siquiera han salido en el caso porque ella se ha negado a contarlo.
La joven, que ha vivido estos años oculta en distintas casas de acogida, ni siquiera sabía a qué se dedicaba su pareja. Las técnicas forenses consideran además que esta mujer, de personalidad infantil, estuvo sometida a la “dominación y control” del acusado.
Ella quería seguir con la relación
En su derecho de última palabra [pinchar sobre el audio] José Manuel M.C. ha vuelto a defender su inocencia y ha explicado al tribunal que no es cierto que su expareja le tenga tanto miedo como dice. “Cuando vino con su familia a recoger sus cosas a mi casa pasó sola porque quería que siguiéramos con la relación”.