Las mujeres de la cuadrilla de Costaleros del Cristo de la Caridad de Ciudad Real quieren denunciar públicamente un episodio de machismo al haber sido excluidas tras más de 10 años de la posición que lucharon durante años por conseguir, formando parte de la cuadrilla mixta de costaleros de la hermandad.
Según explica Ángela María Rodríguez Gamarra, costalera desde el año 2013 y portavoz de la cuadrilla de mujeres, ayer mantenían una reunión en la que el hermano mayor emplazaba a las costaleras a completar una cuadrilla exclusivamente femenina poniendo como plazo el 19 de enero, tras la decisión unilateral de la dirección de disponer de cuadrillas separadas por sexos, disolviendo así la cuadrilla mixta.
Una decisión a la que se opusieron todas las costaleras, 8 en concreto, quienes expusieron que querían que se mantuviera la cuadrilla mixta, al considerar que la situación “es un claro retroceso de los derechos e igualdad entre hombres y mujeres”, expone Rodríguez Gamarra.
Esta costalera explica que, tras la reunión, hoy han recibido un mensaje del capataz señalando que “ante la negativa de las mujeres a formar una cuadrilla exclusivamente femenina sólo se contará con cuadrilla de hombres”.
Literalmente el mensaje enviado dice: “Soy Javier, vuestro capataz, tras la reunión mantenida ayer por la tarde en los salones de la parroquia con 8 mujeres y plantearles el proyecto de realizar una cuadrilla únicamente de mujeres y otra de hombres, al recibir su negativa y rechazo a realizar dicho proyecto, la junta de gobierno y el equipo de capataces nos vemos obligados a cancelar el proyecto de la cuadrilla femenina, con lo cual sólo se llevará a cabo la convocatoria en los próximos días para realizar una cuadrilla únicamente de costaleros masculina, próximamente este grupo desaparecerá y se creará uno nuevo donde se os informará de todo lo que vamos a realizar, un abrazo en cristo”.
Y esto porque “a los ojos de Dios sois mujeres y, por lo tanto, no os voy a meter en un paso con hombres”, literalmente la explicación dada por los cargos directivos, a lo que se añade “es mi proyecto y mi deseo”, ante lo que estas mujeres quieren expresar su desaliento y su necesidad de alzar la voz por la injusticia sufrida en un claro acto de machismo en pleno siglo XXI.
“Estamos hechas polvo, nos sentimos burladas, y lo único que podemos hacer es pelear porque se nos escuche”, destaca Gamarra en nombre de todas sus compañeras, compañeras que comparten la misma opinión y sentimiento.
