Para ser martes, una buena entrada se registró en la sala Nana para presenciar la primera actuación en tierras manchegas de Wille & The Bandits, un formidable grupo británico que comparte esencias setenteras y alma sureña.
En formato cuarteto, con la incorporación a las teclas y percusión de Matthew Gallagher que estuvo brillante durante todo el concierto, presentó su propuesta el multiinstrumentista y cantante Wille Edwards que desgranó un repertorio musical de múltiples e intensas atmósferas que lo mismo llevan el envolvente clima de espontaneidad y evolutiva creatividad del rock progresivo que al desgarro del blues o a un acelerado y descarado rock de muchas millas en la carretera.

El público disfrutó con cada nueva canción, episodio, giro o emboscada de Wille -un fiera con el slide- y sus bandidos, que enhebraron en su rock de raíces esencias del folk y country. Harry Mackaill al bajo mantuvo siempre muy alto el nivel de la base rítmica y el más joven de la cuadrilla, Finn McAuley, derrochó adrenalina con las baquetas a lo largo del directo, tras el cual muchos no dudaron en adquirir los álbumes, uno de estudio y otro en directo, para recordar la energía de unas canciones a veces hipnóticas, otras exquisitas, otras fervientes y directas y siempre con un feeling roquero muy auténtico.