La residencia Gregorio Marañón de Ciudad Real ha empezado aliviar el estricto confinamiento de sus doscientos residentes, algunos de ellos supervivientes de la tercera ola de contagios covid como Cruz y Toribio, retomando las visitas de familiares a través de la verja del patio, suspendidas antes de Navidad.
Cruz y Toribio, de 81 y 89 años, respectivamente, que se contagiaron en enero y han superado la enfermedad, han salido “a comunicar” este 19 de febrero de temperaturas primaverales con familiares a los que no veían en algún caso desde hace un año.

30 residentes en cinco turnos
“Hemos mantenido contacto con ellos por teléfono o videollamadas, pero a la gente mayor les cuesta, no se enteran bien, no es lo mismo que verlos”, explican. En turnos de seis personas y por espacio de media hora, entre las once y la una de la tarde, hasta treinta residentes han podido reencontrarse con sus familias.

Gestos y miradas para suplir el contacto
Los besos y los abrazos han sido con gestos y miradas, para poder tocarse tendrá que pasar más tiempo, pero algo es algo. “Estamos deseando retomar las visitas convencionales, cuando lo autorice Sanidad, y recuperar la normalidad”, señala el director Daniel Chamero.
La residencia asistida Gregorio Marañón de titularidad pública y de mayor capacidad de Ciudad Real, lleva catorce días libre de coronavirus, por lo que se han autorizado estos breves encuentros “que creemos que son una buena alternativa para ponerlos en contacto”, añade Chamero.

Guadalupe ha conocido a su bisnieto
Uno de los reencuentros más especiales de este viernes ha sido el de la nonagenaria Guadalupe, con toda su familia los Álvarez Morales y Álvarez Granados, encabezada por sus hijos Marisol y Fernando; sus respectivas parejas, sus nietos y hasta el primer bisnieto, Pablo, hijo de su nieto Pablo y nacido en el mes de octubre en Madrid.
“Hoy ha sido la presentación oficial del bisnieto”, explica Pablo Morales, que vive en Madrid y no veía a su abuela desde marzo del año pasado, cuando empezó el confinamiento y se suspendieron las visitas.

Originarios de Puebla de Don Rodrigo aunque afincados en Ciudad Real, la hija de Guadalupe llora al explicar que su madre padece Alzheimer desde hace cinco años, “la hemos tenido con nosotros hasta hace un año o así, porque la enfermedad iba avanzando y no le podíamos dar todos los cuidados que necesitaba. Y resulta que al poco de traerla pasó esto”.
«Necesita el contacto con los suyos»
Marisol y Fernando, que visitaban a su madre a diario, desde que está en la residencia, echan de menos esos reencuentros. “Unas veces te conoce, y otras no, pero ella necesita el contacto de los suyos. Cuando veníamos la paseábamos por aquí mañana y tarde, se nota que ha perdido movilidad, pero la encontramos bien, sabemos que tiene anticuerpos y está vacunada”.
Como había que presentar al bisnieto este viernes han venido todos los miembros de la familia a ver a la abuela.

Raúl, el bisnieto de Toribio
Toribio ha sido otro de los residentes que ha conocido a su bisnieto Raúl. Originario de Carrión de Calatrava, algunos miembros de su familia no lo veían en persona desde hace un año. Este octogenario, que se libró del covid en las primeras oleadas, cayó enfermo en enero y se ha recuperado.
“Esperábamos encontrarlo más pachucho, nos ha sorprendido lo bien que está”, dice Alba Pérez, una de sus nietas. Como hoy era un día especial (hace dos meses que no se permitían ningún tipo de visita) han ido todos a alegrar al abuelo, “nos dice que está muy bien y que come muy bien. Él siempre dice que está bien”.

La familia de Cruz Arroyo
“Llevamos muy mal no poder verlo cuando veníamos todas las tardes”, cuenta desde otra parte de la verja Mari Paz Arroyo, hija de Cruz Arroyo, un residente de 81 años que ha salido al patio a estar un ratito con su familia. El abuelo se ha llevado hoy una sorpresa: la visita de su nieta, que vive en Barcelona y por casualidad está por aquí, “no lo veía desde hace un año, desde febrero”, dice la nieta.
Cruz ha sido de los que han pasado el covid, “pero aunque tiene secuelas, lo ha superado”, comenta su hija.

La familia de María, de Alcolea de Calatrava
A ver a María, originaria de Alcolea de Calatrava, aunque afincada en Ciudad Real, han venido sus hijos y otros familiares. Jesús, uno de sus hijos, no la veía en persona desde antes del verano, por lo que el reencuentro ha sido muy emocionante para todos.

El 80% de residentes e internos están vacunados
La residencia Gregorio Marañón de Ciudad Real ha superado ya el brote de coronavirus de principio de año. Con 206 residentes en estos momentos (tiene capacidad para unos trescientos), el 80% del personal y los residentes están ya vacunados con las dosis. No ha podido ser el cien cien porque hubo que parar cuando se detectaron casos.
Las visitas, que se han retomado esta semana, en el patio, con mascarilla, distancia y detrás de la verja, continuarán con este sistema de cita previa, turnos y un par de días a la semana, mientras haga buen tiempo, a la espera de que las condiciones cambien y las autoridades sanitarias decreten que pueda haber visitas en el interior del centro, como hasta antes de la pandemia.