Chula, una perra enorme, que se lanzaba a «abrazar» a su dueña nada más escuchar la puerta, murió hace tres años, después de quince de convivencia en casa de Laura Fresneda. La pérdida de su mascota dejó un dolor tan profundo en ella que se planteó si tenía algún problema psicológico más serio. Con el tiempo ha sabido que necesitaba hacer el duelo, un rito natural cuando muere una persona querida, pero poco aceptado socialmente cuando se trata de animales.
Partiendo de esa experiencia, Fresneda, que “convirtió” a su perra en un hermoso árbol de membrillo, y ha sanado su pérdida, ha creado el primer grupo en Ciudad Real de conversación y apoyo mutuo por la pérdida de una mascota, que se ha presentado esta tarde en la Casa de la Ciudad.
Reuniones periódicas de apoyo emocional
Un grupo de momento reducido, (se han apuntado personas que acaban de perder a sus mascotas), que pretende reunirse periódicamente en vivo o compartir pensamientos online, para ayudarse compartiendo experiencias.
“Un perro o un gato son familia nuclear, de los que se quedan en casa cuando echas la llave”, dice Fresneda, que cree que estos grupos de apoyo son cada vez más necesarios. “El número de familias que tienen animales en casa no para de crecer, somos ya más del 40% en España. Compañeros cuya lealtad y amor incondicional dejan un vacío mucho más fuerte a veces, aunque suene frívolo, que el de las personas”, asegura.
Incomprensión social y trabas en el trabajo
Algunos de los asistentes a la primera reunión del grupo se quejan también de la incomprensión social y las trabas en su trabajo para acompañar a su mascota, ingresada, en los últimos días de su vida.
El grupo de apoyo es la primera pata de un proyecto empresarial de Fresneda, Sempiterna.es., centrado en el duelo y el alivio de la pérdida de una mascota. La promotora, bibliotecaria de profesión, pretende crear una asesoría para encontrar «árboles de memoria» adecuados a la mascota fallecida, recuerdos artísticos, cuentos personalizados o cuadros de familia.
