Desde el pasado domingo, todos los establecimientos hosteleros del país están obligados a servir a sus clientes agua del grifo gratis si así se lo piden. De esta manera, bares y restaurantes ya no pueden negar a nadie un vaso de agua. La Ley de Residuos y Suelos Contaminados, les obliga desde el domingo a hacerlo gratis.
Esta nueva ley, en vigor desde este domingo, refleja que “los establecimientos del sector de la hostelería y restauración tendrán que ofrecer siempre a los consumidores, clientes o usuarios de sus servicios, la posibilidad de consumo de agua no envasada de manera gratuita y complementaria a la oferta del mismo establecimiento”. Esto se debe a que la nueva ley busca reducir el uso de botellas de un solo uso y mejorar la gestión de los residuos que son única y exclusivamente inevitables, entre los que no se encuentra la venta de agua embotellada viviendo en un país en el que el agua del grifo es de muy buena calidad.
En los bares ciudarrealeños, la medida la toman con bastante normalidad. “No hacía falta que la ley se aprobara, ya que si viene gente al bar a pedirme un vaso de agua, yo se lo doy”, afirma Enrique García Bastante, del Bar La Catedral. “Es una cosa de lógica y es lo que hemos hecho siempre”, comenta, añadiendo que él incluso está por “colgar el típico botijo de toda la vida para que la gente beba agua”.
En la misma línea opina Iván Mercado, de la Cafetería Cruz. “De siempre se ha hecho. Nunca hemos negado el agua a nadie”, afirma, considerando que, se hubiera aprobado o no esta ley, ellos seguirían haciendo lo mismo.
Sin embargo, pese a que el agua del grifo es la elección más sostenible y también económica desde ahora, la decisión final es de cada cliente, quien podrá seguir pidiendo en la barra del bar o en la mesa del restaurante agua embotellada también.
A vueltas con la mascarilla
Pero el agua no es el único frente que los bares y restaurantes tienen abierto. El uso de la mascarilla en interior por parte de los empresarios de la hostelería y sus trabajadores se suma a sus novedades.
Con la eliminación de llevar obligatoriamente las mascarillas en la mayoría de interiores, el sector de la hostelería se enfrenta a un punto de inflexión para desarrollar su actividad de cara a la temporada de verano. Los hosteleros consultados toman la medida como buena, aunque la tomarán en un primer momento con precaución para ir viendo cómo cala esta medida entre la sociedad ciudarrealeña.