El parque de bomberos de Ciudad Real, dependiente del Servicio Contra Incendios y Salvamento (SCIS) , tiene de guardia siete bomberos por turno para atender una demarcación que llega hasta Anchuras (26 municipios). Ha ocurrido pocas veces, pero el caso es que pasa, y cuando se produce un incendio con rescate de personas en esas localidades tan alejadas tardan más de dos horas en llegar, con el consiguiente riesgo y cabreo vecinal.
La única comunidad sin ley
La Asociación de Bomberos Profesionales de Castilla-La Mancha esgrime este argumento para exigir una Ley de Coordinación de los Servicios de Prevención, Extinción de Incendios y Salvamento que coordine el trabajo que prestan desde las distintas administraciones en Castilla-La Mancha, la única comunidad que carece de una norma de este tipo en España.
Cualquier día nos linchan
“Cualquier día pasa una desgracia o nos linchan, y con toda la razón, cuando lleguemos a un pueblo dos horas después de una llamada de auxilio, en la que esté en riesgo la vida de una persona”, dice Luis Martín, sargento jefe de grupo del parque de bomberos de Ciudad Real y miembro de la ejecutiva de la asociación que convocó en Toledo a bomberos de toda la comunidad autónoma.
Lo que piden tiene una enorme importancia, según dicen, y no se necesita partida presupuestaria, pero llevan años exigiéndolo sin consecuencias prácticas. “Todos los partidos nos dicen que está muy bien, pero en la práctica nada de nada”.
Paraguas para ordenar y homologar el servicio
Como la ley de Policía Local, esta norma serviría de paraguas para imponer un cierto orden en la prestación del servicio de bomberos (cada provincia lo lleva de manera independiente). “Por no estar coordinamos no tenemos ni uniforme homologado”, recalca Martín, uno de los veinticinco bomberos de Ciudad Real que acudieron el sábado a la manifestación de Toledo.
“Esto crea una disfunción importante, los propios responsables no conocen los medios que tienen. Cada parque [nueve en Ciudad Real] tiene sus propias funciones y formas de trabajo que no se transmiten a un órgano superior, la ley regularía desde cómo acceder a un puesto de trabajo, hasta el protocolo de prestación de servicios”, recalca.
La norma, en opinión de Martín, debería recoger que todo el personal se convierta en funcionario (ahora conviven en las plantillas funcionarios y laborales) y agentes de la autoridad, un blindaje bueno para el trabajador, bueno para el ciudadano y bueno para la seguridad.
Sin siglas sindicales, “los sindicatos están a otra cosa”, afirma Martín, la manifestación del sábado reunió a unas cuatrocientas personas en Toledo, un toque de atención a los partidos políticos en pleno proceso electoral.
Ciudad Real, de las peores
La ausencia de ley hace que cada provincia el servicio se preste con unas condiciones propias, que según Martín en Ciudad Real son de las peores. “La plantilla es la misma que desde hace treinta y tantos años, tenemos parques con solo dos bomberos y muchos de los vehículos tienen más de 35 años y nos dejan tirados. Ya nos ha pasado, hemos ido a una emergencia y hemos sufrido una avería que nos ha impedido trabajar con eficacia y seguridad”, subraya.
En el lado opuesto están parques como los de Cuenca o Guadalajara, “cuya manera de funcionar es envidiable”.
Una ley prioritaria para los partidos
Con la marcha del sábado la Asociación de Bomberos Profesionales intenta que la ciudadanía se conciencie de cuál es la situación del servicio de bomberos en la comunidad y que los partidos políticos tomen nota de que esta ley debería estar dentro de sus prioridades.