Limpiar la lápida, “caiga lo que caiga, es ‘sagrao’”, subraya Amparo, que, junto a sus hermanas Toñi y Marce, lo han adelantado. Tal y como está la situación, “hemos venido este año más temprano a limpiar”. En otras ocasiones, “como mucho”, lo hacían “un día o dos antes pero no como ahora ya el jueves”, exponen, para verificar que “otros años por estas fechas no había tanta gente como hoy por ejemplo”.
No obstante, “no está muy mal la cosa, está tranquilico”, comentan y estiman que “la gente está viniendo de manera más anticipada” y parece que “se van repartir más” las visitas al cementerio de quienes “tenemos aquí a nuestros seres queridos”.
Sobre la afluencia en el cementerio ciudarrealeño en esta festividad, por un lado señalan que habrá familiares que no puedan desplazarse si viven en zonas con restricciones de movilidad y, por otro, que lo mismo ahora vienen los que no pudieron asistir a entierros por motivo del Covid-19.
En las conversaciones de las tres hermanas, que acuden muchos días del año al cementerio y que ya no regresarán al camposanto hasta el domingo siguiente al Día de los Santos para evitar cuando acude más gente, se mezcla la actualidad con emotivos recuerdos. “Ahora mismo un hijo ha tenido una niña, que si ha dado a luz, que si le enseño la foto, que si la viera mi madre, todas esas cosas, a ver, nos acordamos mucho de ella. Cada vez que venimos nos contamos nuestras cosas”.
También Cecilia ha acudido, así mismo con su hermana, “más pronto que otros años” tanto a limpiar como a colocar las flores para que “no nos juntemos tanta gente el Día de los Santos que es cuando se forma todo el jaleo”. “Hemos dicho vamos un poquito antes y ya está”, y están viendo a “más gente más pronto” en adecentar y llenar de flores las sepulturas. “Somos conscientes de lo que hay y nos vamos gobernando así”.
No se olvida nadie
“Arreglando un poquito la sepultura”, estaban cuatro mujeres de la familia Coello Oliver ‘trabajando en equipo’ para preparar coloridos y “vistosos” centros de flores artificiales. “Hemos venido unos poquitos de la familia, faltan más, somos muchos” y, normalmente, “venimos el Día de Los Santos”, pero “nos hemos anticipado para no coincidir con todo el mundo” y que así también “todo el mundo pueda venir” sin que haya aglomeraciones.
Habrá gente que venga el domingo de los pueblos o que vivan aquí pero con menos oportunidad de pasarse previamente, prevén, y recalcan que “de esto no se olvida nadie, está siempre presente, por lo que lo mismo da venir el domingo, hoy u otra jornada”, ya que el cementerio “está abierto todos los días”.
Es una “tradición, primero con los abuelos y ahora con los papás que están muy recientes”, sostienen, para reseñar que probablemente este año el cementerio “va a estar más florido que nunca” ya que está reciente el fallecimiento de más gente y la afluencia, aunque escalonada, puede ser mayor.
Uno y medio al día
“Aquí en Ciudad Real capital se muere uno y medio al día, entre 45 y 50 personas al mes”, aunque este año ha habido 70 algunos meses. En enero los costipaos, agosto tráfico, primavera cáncer y, ahora, a los abuelillos la neumonía porque a los pobres se les complica “, resume tras una larga trayectoria vendiendo en el quiosco de Flores Aparicio, Teresa, que percibe que las visitas al camposanto ante la próxima celebración del Día de Todos los Santos “se han adelantado. Tampoco mucho, pero sí”. “La gente normalmente lo deja para la víspera” que este año es el sábado y ya en jueves se empieza a notar en las ventas de flores y “esperamos que el viernes también”.
Justo cuando nacen las flores, en plena primavera, murió mucha gente, la segunda quincena de abril fue “muy desastrosa”, reseña, para indicar que esta celebración del Día de Todos los Santos está siendo diferente, no sólo por las medidas de seguridad sanitaria como guardar las distancias recomendadas, sino también en las ventas ya que “hay poquita flor”. Han tenido “dificultades para encontrar flores e incluso proveedores que te pedían el dinero por delante”.
“Se tiró muchísima flor en San José, no hubo Semana Santa ni Día de la Madre” y la campaña fue como para olvidar, hasta el punto de que agricultores de flores se decantaron por sembrar en verano sandías y melones pero, “como tampoco ha habido mucho turismo” y estos productos no se han consumido en los hoteles, “todo eso tampoco les ha ‘cuadrao’”, con lo que al sector de la flor, “como no nos salve esto, no hay manera de levantarlo”.
Las ventas son sobre todo de centros porque “la gente tarda menos, lo coge ya confeccionado, se lo lleva” y lo coloca. “Tampoco quiere estar mucho tiempo aquí” y además han recomendado visitas como máximo de una hora.
La flor que se vende no es toda nacional. “El clavel bueno y que dura viene de Colombia y la rosa de Ecuador”, aprecia José Carlos, de Viveros Tino, que indica que este año ha habido retrasos en la llegada de los aviones y hay flores que están “llegando muy tarde”.
A diferencia de otros pueblos en cuyos cementerios hay más nichos y se venden “más ramos o centros más bajitos”, en Ciudad Real predomina la adquisición de centros para colocarlos en las lápidas, comenta, para señalar, en relación con las preferencias en cuanto a flores, que “la rosa siempre es la rosa”, es pura elegancia, “más fina”, aunque también se “amaga” antes y muchos optan por la variedad de ‘alegres’ centros primaverales.
Goteo
Instalados este jueves los puestos de flores, con al menos veinte metros de distancia entre ellos, la afluencia en el de Rafa de compradores es de un “despacito” aunque constante “goteo”. “El primer día siempre suele ser un poquito más flojito, pero tengo muchos encargos y agradezco la confianza de la clientela”, porque “tampoco teníamos claro si íbamos a poder abrir por lo del Covid y hasta antes de ayer no nos dieron puesto. Yo tenía muchos encargos de todos los años, se conoce que los hago bien y la clientela ha confiado en nosotros”.
Lo que más le piden son centros de crisantemos y margaritas que cultiva en su huerta y duran bastante porque “están recién cortados”, aunque también de rosas. “Lo que quiera la gente gastarse”, resume y constata que hay cultivadores de zonas muy exportadoras de flores como Chipiona que han sembrado “menos de la mitad” ya que no dejaba de ser un riesgo tras lo que “pasó en Semana Santa que los cultivadores tuvieron que tirar la flor al no salir los pasos”. Se trata de pérdidas y “si ahora le meten otro viaje, tú veras, con lo que hay mucha menos flor”.
Apertura de todas las puertas, las seis, con paneles indicativos que “aconsejan entrar por la más cercana a su patio y sepultura, geles hidroalcohólicos a la entrada” y “la recomendación de estar el menor tiempo posible” son medidas que se han aplicado expone Vicente, operario municipal del camposanto, que espera que no acudan el domingo más visitantes que otros años “porque ya sabemos cómo se pone los Santos con la afluencia de muchísima gente, corrillos y familias” y confía en que no ocurrirá porque “la gente también tiene un poquito de miedo” y cree que es “prudente”.
Por Covid, hay fallecimientos que están llegando de nuevo al cementerio. “De vez en cuando vienen uno o dos y se nota porque hacía tiempo que no venían. Sobre todo en el verano hubo un tiempo en el que estábamos tranquilos. Ahora se está notando un pequeño repunte pero nada que ver con el inicio de la pandemia en marzo que aquello fue descomunal”.
El fin del mundo
“Las primeras semanas creíamos que esto era el fin del mundo, que íbamos a caer uno detrás de otro, luego ya interiorizas protocolos y desinfecciones y te acostumbras un poco entre comillas. Pero fue intenso, duro, algo que nunca hemos visto ni conocido, desbordados por momentos, una experiencia no deseable de vivir pero que la hemos vivido”, relata Vicente, que considera que se podría volver a repetir pero “si lo hacemos fatal”. A su juicio, “quitando determinadas personas que no se quieran comportar o que les da igual todo, la gente lo ha asimilado muy bien y está muy interiorizado el cuidado, la distancia, el protegerse y protegernos”. Cree que, “en principio, no se va a volver a producir esa situación”, aunque recomienda “estar alerta”, “no fiarse un pelo” ante un virus que mata “por regla general a personas mayores, pero te encuentras con casos de cincuenta, cuarenta y tantos y treinta y muchos”.
Lo que está percibiendo es que la gente tiene más cuidado de guardar la distancia, no juntarse en las fuentes y “vienen menos personas en cuanto a agrupaciones familiares”.
En medio de una pandemia
Estas fechas son “muy especiales” y no dejamos de estar “en medio de una pandemia”, señala el concejal responsable del cementerio, Casimiro Pastor, que considera que se “está valorando muy positivamente que estén todos los accesos abiertos” del camposanto para “evitar, dentro de lo posible, contactos de no convivientes y aglomeraciones”.
Este año, debido a las condiciones especiales, muchas personas están anticipando la costumbre de acudir a limpiar las sepulturas y traer las flores y “no se espera una afluencia masiva el penúltimo o último día”. Este jueves “hay un poquito más de trasiego pero está yendo todo de una manera muy ordenada, la inmensa mayoría de la ciudadanía conoce la normativa como venir con la mascarilla y en todas las puertas encuentra gel hidroalcohólico y expuestas en la parte exterior las recomendaciones de Sanidad para la visita al cementerio”.
“Hay muchísima colaboración de la ciudadanía, la inmensa mayoría está colaborando en todos los sitios y aquí en el cementerio las personas que vienen lo hacen con el respeto que merece el lugar, y entendemos que está resultando muy bien y confiamos en que el año que viene no sea necesario todo esto porque ya tengamos la pandemia alejada de nuestras vidas”.
En relación con los estragos originados por esta pandemia, Pastor recuerda cómo “en la época del confinamiento se tenía que despedir al difunto a la entrada del cementerio y no podía entrar nadie acompañando al cadáver con lo que los funcionarios que se dedican a la labores de enterramiento fueron los únicos seres humanos que acompañaron al difunto, fueron el último eslabón”, tras el personal sanitario, de la cadena humana en la atención a la persona. Son profesionales “muy curtidos en estas labores, pero fueron momentos muy duros también para ellos”, destaca el edil, que elogia el “comportamiento ejemplar” que tuvieron.
Por otra parte, indica que este año se han duplicado prácticamente las previsiones que tenían de construcción de lugares de enterramiento, con la creación de 74 fosos de dos cuerpos, 204 nichos y 84 columbarios. Así mismo, resalta que de cara al próximo año “vamos a mejorar y actualizar la señalización interior del cementerio y el asfaltado de las calles más antiguas”.