C on admiración hemos leído, para conmemorar EL DÍA DEL LIBRO, el titulado: “Jinetes de la niebla”, poemario galardonado con el Premio ALCAP de Poesía del Ayuntamiento de Castellón y editado en la Colección que da nombre a tan prestigioso Certamen.
Y no menos prestigioso es el poeta ganador de dicho concurso. Zamorano de nacimiento, pero manchego de adopción y devoción, ha vivido y vive en nuestra tierra: primero en Puertollano, donde dirigió la Revista de Creación Literaria “Estaribel”, y ahora en Ciudad Real.
Caballero notable en poesía y cercanía su obra ha sido galardonada insistentemente; y no sólo ha sido señalada con el dedo de lo extraordinario por una personalísima y atrayente poesía (véanse sino la nutrida colección de poemarios y otros estudios referidos al mismo tema), sino por ese hondón espiritual y transcendental que tienen los versos del poeta que ahora reseñamos. Añadamos a su ingente labor la incardinación y trabajo realizado por y para la cultura nuestra: ahora como componente del Grupo Literario Guadiana, publicando poemas en la revista MANXA y realizando en dicha revista crítica literaria.
En cuanto al libro que nos ocupa, prologado por Natalia Macías Rodríguez, este nos adentra en los problemas de nuestra sociedad actual, expuestos sabiamente en los tres apartados en los que está dividido el libro por el autor. A través de esta denuncia desfilan las tristezas y desigualdades de nuestro diario vivir, fomentadas por una sociedad amorfa, resguardada en sus privilegios.
Sumisión/exposición vana
No es una ilación al uso lo que hace el poeta ni una sumisión o exposición vana, sino que García Pérez alienta y alimenta la posibilidad de un orden nuevo, siempre con la esperanza como motor del mismo; sencillos actos que cambiarían lo que nos rodea, enmarcados en la ternura, la cercanía y el amor.
Poesía de amplias resonancias, muy bien expuesta en “Jinetes de la niebla”, la cual se caracteriza por una variación versal realmente notable, fruto del conocimiento y la sensibilidad de un poeta, conocedor profundo de los usos y técnicas poéticas. Combinación atrayente de endecasílabos, alejandrinos, sonetos, haikus, greguerías…, que dan notabilidad y excepcionalidad a una obra profunda, sincera…; muy en consonancia con las grandes poesías universales pues está inmersa en lo hondo de los sentimientos individuales y colectivos.
No dejan indiferente
Es decir, los poemas de García Pérez no dejan indiferente, por uno u otro motivo, a los lectores de sus composiciones; ya que personaliza, acertadamente, lo que nos preocupa y duele con lenguaje propio. Bien dice por ello la prologuista: “Que se nos vienen a mostrar horizontes entre la melancolía y la esperanza”.
“Cuando la luz se oculta a nuestros ojos/ no nos reconocemos en la niebla/ de la desolación y el extravío”, escribe Luis en la parte primera de “Jinetes de la niebla”, titulada: “Esta sed cuarteada”. “Entre sombras moradas del invierno/claudican nuestras lágrimas”. En este mundo metafórico el poeta observa la realidad que lo rodea; y la hace visible a través del deseo de un mundo más acorde con los sentimientos.
Poesía, pues, de mimo, por las palabras que expresan lo transcendente. Poesía espejo para esta soledad que nos rodea y nos lleva, incardinada en un deseo de cercanía y ternura: “Sólo es preciso, amigos, desde ahora/ una hogaza de pan para el camino, en nuestros pies sandalias amorosas, una antorcha de fe que nos alumbre/ y una mirada en flor de hermanamiento”.
Nuestra felicitación más sincera para el poeta por este regalo tan alentador y tan cercano que nos hace. Asimismo nuestros mejores deseos para quien tiene “El don de la palabra” y lo aproxima “Al corazón y al alma de los hombres”.