El abogado defensor de Isidro Doral, acusado de matar a golpes al novio de su exmujer en 2015 en El Robledo en el intercambio de una hija, ha cargado hoy en el juicio contra la protección social en la provincia por no poner los medios para evitar esta muerte violenta. “Aquí hemos fallado todos como sociedad”, ha alegado el abogado José Antonio Cano ante el jurado que tiene que emitir su veredicto sobre el caso.
El letrado ha cuestionado que en una separación conflictiva como la de Isidro Doral con su exmujer, con catorce denuncias en dos años por amenazas, insultos y malos tratos (todas se han sobreseído), y dos hijas en común, una de ellas con una minusvalía grave, los intercambios de las menores no se hicieran en un punto de encuentro familiar, en vez de en la casa del acusado: “Los servicios sociales deberían haber puesto medios para evitar esto”, ha insistido.
En cuanto a la responsabilidad de Doral, que según los forenses actuó con su voluntad algo mermada por el trastorno ansioso depresivo que padecía, ha pedido un veredicto justo, y no una venganza como bajo su punto de vista quiere la acusación particular que ejerce la exesposa.
Esta parte reconoce que Doral mató a la nueva pareja de su exmujer, Gregorio Chamorro, que intentó mediar en una bronca entre él, su exmujer y su exsuegra, pero afirma que actuó en defensa propia, al sentirse amenazado por el otro hombre, que su intención era lesionar, no matar, y que en el caso caben las atenuantes de arrebato y obcecación, por lo que reclama una condena de no más de 5 años de prisión (Doral lleva en la cárcel desde mediados de diciembre de 2015).
“Esto no lo podemos despachar con unos años de cárcel”
En el lado opuesto Santiago Ballesteros, el letrado que ejerce la acusación particular en nombre de la exmujer, que solicita un veredicto de asesinato con una condena de 23 años. “Esto no lo podemos despachar con unos cuantos años de cárcel”, ha interpelado al jurado.
La acusación sostiene que hubo asesinado con alevosía porque Gregorio, que sólo reprendió verbalmente al acusado, no se esperaba que Doral agarrara un tronco de su leñera y le destrozara a golpes la cabeza, “un ataque sorpresivo y repentino”, que según está parte imposibilitó su capacidad de defensa y reacción.
Agravante de género
También considera que en el caso concurren dos agravantes que el Código Penal no contempla para este tipo de situaciones, la de parentesco y la de “razones de género” (diseñadas por el legislador para mujeres agredidas por sus parejas). Esta vez la víctima es la nueva pareja de una mujer, el abogado entiende que matándolo a él Isidro pretendía menoscabar la autoestima de su ex que había rehecho su vida con ‘Goyo’, como llamaban al fallecido.
En el término medio está la fiscalía que considera a Isidro Doral autor de un homicidio por el que pide 15 años de condena, la pena máxima para este tipo delictivo. El fiscal Jesús Gil sostiene que cuando Doral decidió golpear con una leño a Gregorio Chamorro, sin importarle que estuviera su hija de 11 años viéndolo aquel 13 de diciembre de 2015, era plenamente consciente de lo que hacía.
Hizo “lo que tenía que hacer”
Para el fiscal su reacción tras matar a Goyo, con el palo en la mano insultando y llamando a gritos a su exmujer y su exsuegra con expresiones acreditadas por los testigos del tipo “venid aquí cacho putas” o “con este no vas a comer más marisco”, no demuestran que sufriera ningún arrebato, al contrario, que asumió la muerte; es más hay un vecino que lo escuchó afirmar: “He hecho lo que tenía que hacer”.
“No fue un acto libre al cien por cien”
Antes de las intervenciones finales los forenses que han elaborado el informe de imputabilidad del acusado han explicado que Isidro actuó con la voluntad mermada. “No fue un acto libre al cien por cien”, han dicho.
Según han señalado Doral llevaba dos años, desde que lo dejó su mujer, con un trastorno ansioso depresivo que le habían diagnosticado pero que no se trataba, y que esa circunstancia se agravó por los continuos conflictos con su exmujer que en ese tiempo le había puesto hasta catorce denuncias (de todas ha sido absuelto). “Se sintió acorralado”, han declarado ante el tribunal.
El primer leñazo fue mortal
Por su parte los peritos que hicieron el informe de la autopsia afirman que el primer golpe con el leño que le dio en la nuca a Gregorio Chamorro, el novio de su ex, fue de tal contundencia que habría bastado para matarlo. Aún así le propino hasta dos golpes más en la cabeza, los dos últimos con Gregorio caido al suelo y bocabajo.
Sin antecedentes, de 60 años, natural de Porzuna y vecino de El Robledo, Isidro Doral Redondo, que está en prisión desde mediados de diciembre de 2015, al poco de su detención, ha hecho uso de su derecho a la última palabra en el juicio para insistir en que está arrepentido. “Yo nunca he querido matar a nadie”, y se ha defendido de la acusaciones de su exmujer diciendo que nunca la ha maltratado, “de todas las denuncias he salido libre”, ha explicado entre sollozos. Incluso se ha lamentado de haber ido a hacer leña unos días antes de la bronca, “para que las niñas no pasaran frío en Navidad”, ha venido a decir que si esos troncos no hubieran estado allí, en el jardincillo de su casa, esto no habría ocurrido.
El tribunal popular que juzga este caso ha comenzado a deliberar esta tarde en la Audiencia Provincial y emitirá un veredicto en los próximos días.