Los forenses que exploraron a José Manuel Lomas para emitir un informe de imputabilidad aseguran que el octogenario está en sus cabales, que no padece ningún trastorno psíquico, y que la noche que disparó al intruso que se coló en su finca de La Atalaya actuó siendo consciente de lo que hacía.
Los médicos forenses Luis García Nogueras y Berta Legido, del Instituto de Medicina Legal Ciudad Real-Toledo, han admitido que Lomas tiene ideas “sobrevaloradas” de los ataques a su finca Valdelobos, que pudieron provocarle una reacción emocional “desproporcionada”, pero han insistido en que no tiene patologías psíquicas, más haya de rasgos de personalidad.
En cuanto al miedo insuperable que esgrime la defensa del octogenario acusado del homicidio de Nelson Ramírez, el presunto ladrón que accedió al patio de su casa de campo, tampoco lo creen posible. “Un miedo insuperable deja síntomas que no se corresponden con la llamada que hizo a la policía”, han contado.
Los forenses se entrevistaron varias veces en meses distintos para examinar la psique de Lomas, en noviembre y diciembre de 2022, cuando estaba en prisión preventiva. También han analizado la llamada que hizo a la Policía Nacional la noche de los disparos, y que consideran “muy relevante” para saber en qué estado se encontraba cuando “eligió”, han insistido, salir con la escopeta, en vez encerrarse en el “búnker” que de facto es su casa (todas las ventanas están tapiadas con ladrillos, excepto la puerta por la que entra y sale).
A Lomas no le consta ningún anteceden psiquiátrico previo -han examinado todo su historial médico para el informe- y cuando les han preguntado por una derivación a psiquiatría desde la prisión de Herrera de La Mancha, han contado que el psiquiatra que lo vio valoró que no había ningún trastorno delirante, y le pautó una medicación para calmar la ansiedad que presentaba por estar en la cárcel, sin contacto con sus árboles, su casa y su familia.
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Lomas, un hombre inteligente y culto
Han dicho además que Lomas es un hombre inteligente, culto, amable, con buena conversación, que ha colaborado en todo momento en las entrevistas, y que lo único que han detectado son “rasgos persecutorios” en su personalidad, “pero no patologías”, “son personas que desconfían de los demás, pero esto son formas de ser, no una enfermedad”, han vuelto a insistir a preguntas de las partes.
Nelson estaba “agachado” o “agazapado” cuando le dispararon
En cuanto a la autopsia de Nelson Ramírez, el hondureño de 35 años al que Lomas descerrajó dos tiros de escopeta al sorprenderlo en su patio, los forenses dicen que recibió los tiros “agachado” o “agazapado”, “en un plano inferior al tirador”. Lo que no han aclarado es la distancia exacta de los disparos, que los expertos en balística establecen a ocho o nueve metros, y los analistas del residuo de disparo a cuatro o cinco metros.
Sobre la distancia de los tiros el forense de la autopsia dice que fue “a más de un metro”, no a cañón tocante, y que ya el primer disparo fue mortal de necesidad.
Creen que la altura de la víctima, 1,65 m, no es relevante, como ha intentado demostrar la defensa. Entienden que Nelson estaba agachado por la altura de las salpicaduras en la pared del cobertizo próximo al lugar en el que desplomó. También han explicado que murió desangrado y su muerte no fue instantánea.
12 años y medio por homicidio, 25 por asesinato o absolución
José Manuel Lomas, de 80 años, al que se juzga por disparar y matar al intruso que saltó el muro exterior y se coló en su finca la madrugada del 1 de agosto de 2021 en La Atalaya, se enfrenta a doce años y medio de cárcel por homicidio, que pide el ministerio fiscal o veinticinco años por asesinato que reclama la acusación particular, que ejerce la familia del muerto, representados por el abogado Alfredo Arrién.
Juan Manuel Lumbreras Ruiz, su abogado defensor, solicita la libre absolución, considera que Lomas actuó en legítima defensa bajo un miedo insuperable, como él mismo explicó el lunes a un jurado formado por siete mujeres y dos hombres.
El juicio sigue esta tarde con más pruebas periciales.