Unos premios comprometidos y reivindicativos entregaron este viernes los trabajadores sociales en una gala con mucho arte y compañerismo. Más de 450 personas, entre ellos los presidentes de los 36 colegios oficiales del país, asistieron a la gala de los ‘Goya del trabajo social’ que, por primera vez, se entregaron en el marco del Congreso Estatal de esta profesión que en su XIV edición se desarrolla en Ciudad Real y que fueron recogidos por la cantante albaceteña Rozalén, la trabajadora social valenciana Victoria Belis y la Red Europea de Lucha contra la Pobreza y la Exclusión Social.
Otra cantante manchega, que aúna en sus composiciones raíces del folclore, genio e innovación, como Karmento fue la encargada de amenizar la velada, que también contó con la actuación de las alumnas del Conservatorio de Danza José Granero de Puertollano, quienes emocionaron a los asistentes con sus coreografías, una de ellas, entre el público, de ‘La puerta violeta’, de Rozalén.
Como “la Beyoncé de La Manchuela” se sintió por las muestras de cariño la cantautora y también psicóloga, que aseguró que comentará a sus compañeros de Psicología el nivel que tienen los encuentros de los trabajadores sociales, cuya labor es un “pilar fundamental para que una sociedad camine”. “Súper feliz y halagada” por recibir el Premio en la categoría de ‘Medios’, concedido por sus composiciones comprometidas con la igualdad, accesibilidad y justicia social, interpretó por primera vez en directo la nueva canción que acaba de publicar este mismo viernes, ‘Agarrarte a la vida’, en la que habla del suicidio y la salud mental, dedicándole estos felices momentos de reconocimiento precisamente a la otra homenajeada Victoria Belis y a su padre, a quien recordó con emoción y del que resaltó que “siempre le dolía el mundo” y siempre terminaba diciendo que “lo único importante en la vida es hacer algo por los demás”.
En la categoría de ‘Sociedad Civl’, el premio se lo llevó la Red Europea de Lucha Contra la Pobreza y la Exclusión Social (EAPN) recogido por su presidente, Carlos Susías, que felicitó a los trabajadores sociales por lo mucho que hacen en favor de una sociedad mejor.
Destacó que se trata de un reconocimiento colectivo a las diecinueve redes y veinte entidades estatales, que en total son más de ocho mil ongs en el país, que conforman EAPN y tienen hasta diez mil trabajadores sociales contratados. Así mismo, subrayó que erradicar la pobreza y evitar la exclusión social son responsabilidades de las administraciones públicas, siendo vital la labor de los trabajadores sociales para conseguir una regulación de los servicios sociales “más potente, unos fuertes servicios sociales de ciudadanía que actúen desde la prevención y no sólo en situaciones de desesperación”.
Por su parte, Victoria Belis, “creativa, innovadora y decidida” trabajadora social valenciana jubilada y que ha desarrollado una larga carrera de más de cuarenta años, recogió el Premio en la categoría de ‘Labor profesional’.
Siendo paralela su trayectoria laboral al surgimiento y consolidación de esta profesión, Belis comentó que, cuando tenía 17 años, como era obligatorio en su época hacer un servicio social para cursar estudios universitarios, lo hizo con una trabajadora social en un hogar del pensionista. “El contacto con las personas y sus necesidades, el acompañamiento, la posibilidad de ayudarles a superar dificultades y mejorar su calidad de vida y luchar por unos derechos sociales inexistentes en aquellos momentos me llevaron al camino del trabajo social”.
“De la concepción benéfico-asistencialista que estigmatizó al trabajo social a la situación actual han ocurrido muchas cosas” como la abolición de la ley de la beneficencia, la universalización de la asistencia sanitaria y la aprobación de leyes autonómicas de servicios sociales, entre muchas otras, teniendo actualmente presencia el trabajo social en todos los sistemas de protección, destacando los servicios sociales, cuarto pilar de la protección social que se ha consolidado durante estos cuarenta años partiendo prácticamente de cero.
Las trabajadoras sociales “hemos sido y seguimos siendo luchadoras y reivindicativas. Comenzamos nuestra andadura profesional siendo asistentes sociales y ahora somos grado en trabajo social, lo que implica reconocimiento, investigación y publicaciones”.
Entre los puntos débiles de la profesión, citó que a menudo “el volumen de competencias encomendadas nos impide reflexionar, escribir, publicar y generar teoría del conocimiento que genera la práctica”, y entre los fuertes la capacidad de respuesta muy rápida de los trabajadores sociales ante situaciones de emergencia, su compromiso con una formación continua, así como con las necesidades sociales y sectores más vulnerables, además de la capacidad crítica con propuesta de soluciones.