Tras la dolorosa derrota del pasado viernes en semifinales ante Alemania, la selección española de balonmano ha pasado página para centrarse en su partido por el bronce. Los ‘Hispanos’ y con ellos el ciudarrealeño Miguel Sánchez-Migallón aspiran en la mañana de este domingo a volver a ese tercer escalón del podio en unos Juegos Olímpicos que ya lograron hace tres años en Tokio, para lo cual tendrá que ganar a Eslovenia (9 horas).
Muchos de los aspectos de la vida son cíclicos, y para el combinado dirigido por Jordi Ribera este torneo olímpico termina de la misma forma que en su inicio, con un partido a primera hora de la mañana frente a Eslovenia. Supone, por tanto, cerrar el círculo ante un oponente que ha descrito una trayectoria un tanto diferente a la del equipo español.
España ha hecho de la épica un modo de vida en territorio galo. Ante Croacia tenía el billete a cuartos de final prácticamente asegurado, pero el gol de Aleix Gómez sobre la bocina permitía evitar a Dinamarca en el cruce; y contra Egipto completó una remontada memorable en los 10 minutos finales para alzarse con la victoria en la prórroga.
Eslovenia, por su parte, tuvo que superar la derrota cosechada ante los Hispanos en su debut para clasificar a la ronda final, y ahí mostrar su máximo nivel al eliminar claramente a Noruega y poner en muchos problemas en semifinales a la gran favorita, Dinamarca.
Claramente, el conjunto dirigido por Uroš Zorman ha superado todas las expectativas que en él había depositadas. Es más, obtuvo la última plaza para los Juegos Olímpicos, incluso pudo quedar eliminado por Brasil en el clasificatorio, precisamente celebrado en territorio español. España, de hecho, hizo posible esto al doblegar a los brasileños en el último choque. Ahora, el destino, que acostumbra a ser caprichoso, cruza a la selección española con ellos con la medalla de bronce olímpica como premio de fondo.
La historia apunta de forma favorable hacia los intereses de los Hispanos, que doblegaron a Eslovenia en 14 de los 17 partidos que ambos han protagonizado a lo largo de la historia. El último precedente es también triunfal en ese apuntado debut olímpico en París y en marzo ya hubo otro choque entre españoles y eslovenos, con similar final, en este caso con un Gonzalo Pérez de Vargas clave en el bando español.