En la tercera sesión del juicio que se sigue en la Audiencia provincial de Ciudad Real contra Ramón, José y Manuel Cádiz los peritos ratificaron que Diego recibió un “tremendo impacto de bala”, aunque el arma se disparó dos veces porque había dos cartuchos.
Así, dijeron que no hay pruebas objetivas para determinar que el muerto recibiera los dos disparos.
También señalaron que tenía heridas contundentes y traumatismos en la cabeza, producto de golpes con objetos duros como las piedras, y otras lesiones más leves, en un tercer nivel, por el choque anterior entre los dos coches implicados.
Sobre la heridas de Carmen, la viuda de Diego, señalaron que casi con total seguridad fueron producidas por una piedra, al margen de otras lesiones en el brazo y el tórax por el cinturón de seguridad.
Tenía miedo
Por su parte, Rafaela Flores, exmujer de Ramón y prima de Diego Flores, aseguró que denunció ante la Policía los luctuosos hechos porque “tenía miedo de las dos familias”. Precisamente, la custodia de las hijas de esta pareja es el origen del conflicto.
Manifestó que la noche anterior al enfrentamiento mortal la pasó con Ramón, quien le dijo que al día siguiente “tenía que hacer unos papeles”, aunque reconoció que sabía que los hermanos Cádiz «tenían armas». Por ello, trsa ocurrir los hechos le encajó perfectamente que pudieran estar planeando algo porque “estaban todos juntos”.
Habían matado
El agente de la Comisaría de Jaén que tomó testimonio a Rafaela, afirmó por videoconferencia que la mujer hizo la declaración “de manera totalmente voluntaria” y que, acompañada por sus tres hijas menores, reiteró sin dudarlo que su marido y los hermanos de éste “habían matado a Diego”, en plural, tal y como lo recogió en el informe policial.
Los conocía
En la última sesión del juicio, también testificó tras el biombo un vecino de Torralba de Calatrava, que vive cerca de otra hermana Cádiz, y que había visto a los procesados por el pueblo en lugares como zonas infantiles.
Casualmente, el día del suceso reconoció el coche de los cuando volvía de su trabajo por la autovía, y vio cómo el BMW esperaba en un camino de acceso a otro vehículo que resultó ser la furgoneta del fallecido.
Este testigo también participó en dos registros que hicieron los días 23 y 25 en casa de la hermana.
La sesión acabó con los informes de las partes.