En la provincia de Ciudad Real, un total de 349.502 ciudadanos tenían derecho a votar la Constitución el día 6 de diciembre de 1978. Finalmente lo hicieron 244.828, el 70 por ciento, mientras que 104.673 no acudieron a las urnas, un tres por ciento más que la media nacional.
Del total, dijeron sí a la Constitución 208.433 personas –el 85,8 por ciento- y se posicionaron en contra 26.782 ciudadanos. También hubo un importante número de votos en blanco, 7.676.
La destacada presencia pública de los que se negaban al cambio posiblemente hiciera que la participación en la provincia -70 por ciento frente al 67 por ciento nacional- fuera mayor que la media nacional.
También que el rechazo a la Carta Magna estuviera así mismo por encima de la media nacional. El 85 por ciento de los votantes de Ciudad Real dieron el sí frente al 88 por ciento del conjunto de los españoles.
Al día siguiente del referéndum, el diario Lanza titulaba escuetamente: “La Constitución, aprobada mayoritariamente”. Era un despliegue tipográfico a cinco columnas que no se había utilizado durante toda la campaña y que solo tenía parangón con la visita de los Reyes a la provincia los días 8 y 9 de noviembre.
En lo local, el periódico se despedía el día anterior a la votación con una referencia destacada a un acto de Fuerza Nueva, el partido ultraderechista liderado por Blas Piñar, contrario a la Constitución, en el que se habían juntado en Ciudad Real capital unas 400 personas según se decía.
Desde estos sectores, el último mensaje era que la Constitución era “una burla al derecho y un engaño y al pueblo español”.
El PSOE y el sindicato CCOO, por su parte, gastaban sus últimos cartuchos electorales en la zona de La Mancha, y concretamente, ambas organizaciones lanzaban sus últimos mensajes por el sí en Socuéllamos.
Por su lado, el Gobierno echaba el resto con la visita de un último ministro, el de Cultura, Ricardo de la Cierva, que se dejaba ver en Valdepeñas, Daimiel y Ciudad Real capital.
La defensa, desde Madrid
La defensa de la Constitución se dejaba para las acciones del Gobierno y del Monarca. Se hacía referencia a una reunión entre Adolfo Suárez, presidente del Gobierno, y del Rey, Juan Carlos I, horas antes del referéndum.
De esa reunión, salía un contundente mensaje de Suárez, que pedía sin reparos el sí para la Constitución y que tenía su repercusión en todo el país.
El éxito de la votación se remitía también a una valoración realizada por el Ejecutivo tras del Consejo de Ministros al día siguiente del referéndum que se resumía en la frase “La Constitución, garantía de convivencia”.
Superado el envite del referéndum, la vida parecía recuperar la normalidad y muestra de ello era que el Pleno de la Diputación aprobada certificaciones de obra por valor de 60 millones de pesetas, un dinero para la época.