El escritor manchego Luis Maura presentará este viernes 25 de febrero, a las 19.30 horas, en Serendipia su segunda novela, ‘Niño Santo’, un libro ambientado en un pueblo de La Mancha toledana en los años noventa que es una “historia de supervivencia y sobre la búsqueda de la identidad”.
Natural de Fuente el Fresno, Maura narra en ‘Niño santo’ la historia de Pedro, un niño de doce años de un pueblo manchego que “se siente diferente. No encaja con sus compañeros ni en ese mundo de la masculinidad hegemónica del padre como un tipo muy duro, de la tierra”, con lo que, animado por una profesora, que es “la beata del pueblo”, y su madre, que es muy católica, se mete de monaguillo en la parroquia y ahí decide que “lo que quiere es ser santo”.
En lugar de futbolista o astronauta como la mayoría de sus compañeros, él se aferra a la religión y ve en la santidad un buen objetivo. No obstante, se le truncan los planes porque uno de los acosadores que le hacen bullying en la escuela se presenta en la iglesia también como monaguillo, con lo que “el único espacio que tenía seguro se ve un poco amenazado” y, además, “se acaba enamorando de este chico”.
El acoso escolar, el sentimiento de culpa, la religión y la familia son algunos de los muchos temas que se abordan en esta novela, en la que aparecen también el despertar sexual y el paso de la infancia a la adolescencia. “Esa pérdida de la inocencia, como que, de repente, un día ya te obligan a ser adulto”, expone Maura, quien también muestra la importancia de la figura femenina, “esa madre manchega que te tira una zapatilla pero a la vez te está haciendo un bizcocho, que te quiere y regaña,…, la importancia que tienen las madres en la vida de todos los niños”.
Tras la buena acogida de su primera novela ‘Nido de pájaros’ publicada en 2019 y que ya va por la tercera edición, Maura vuelve a confiar en la editorial Dos Bigotes con ‘Niño santo’, que llegó a las librerías el pasado 31 de enero. ‘Nido de pájaros’ es “una historia de autoficción, que se basa bastante en mi propia vida pero con partes de ficción, sobre la vuelta al pueblo”, el regreso al lugar de donde has partido para tratar de “llevar la vida que quieres vivir”.
“Cuando iba a mi pueblo me notaba un poco fuera de lugar, que no estaba siendo yo al cien por cien, como lo soy en Madrid, donde vivo, soy totalmente libre y hago lo que me da la gana. Esa sensación de no pertenecer de repente a mi tierra, estando muy orgulloso de mis raíces, me creaba un conflicto. Entonces empecé a escribir y conté la historia de un homosexual que vive en Madrid y vuelve a su pueblo por el nacimiento de su sobrino y se tiene que enfrentar a su familia, al propio pueblo y a sus propios recuerdos, miedos e inseguridades”.
“En ‘Nido de pájaros’ había mucho de la infancia, de recuerdos infantiles, pero muchas cosas” se quedaron ‘en el tintero’. “Me quedé con ganas de contar más cosas y explorar” de forma más amplia “esa parte de la infancia”, señala Maura, que se animó a hacer una segunda novela que hablase del pueblo, con especial atención a “la figura de la mujer”.
Aunque es más ficción ‘Niño santo’, parte de sí mismo, de sus recuerdos e incluso la foto de la portada es la de la Primera Comunión de Luis Maura, quien estuvo ‘a puntito’ de entrar en el Seminario. “De pequeño, yo también quería ser santo. Estaba ‘a tope’ con Dios” y, siendo “un niño muy bueno que sacaba buenas notas”, quería ser sacerdote, pero su padre se negó a que fuera “interno a ningún sitio” y, al final, cambió de idea.
Profesor de inglés actualmente en Madrid, Maura considera apropiada esta novela tanto para público adulto como juvenil porque se tratan temas como el acoso escolar y se describen situaciones que pueden ayudar a chavales que pasan por momentos similares a los del protagonista para que “se sientan un poco menos diferentes y más aceptados”, además de que puede venir “muy bien para que el resto de chavales lo normalicen también”.
La novela es “la historia de un niño en La Mancha y los problemas a los que se enfrenta”, un viaje a la infancia y al pasado, de manera que “cualquiera que se haya criado en un pueblo en los noventa se va a sentir identificado independientemente de su orientación sexual”, asegura el autor de un libro a cuyo protagonista, que quiere ser santo, ser puro a toda costa, “de repente le pasan cosas y no sabe por qué”, con el problema añadido de que “se empiezan a meter con él antes de saber lo que es la sexualidad. Antes de sentirse atraído por otro niño, ya le están llamando maricón. Eso pasa a veces, antes de saber nada ya te están poniendo una etiqueta que a lo mejor no reconoces, no sabes lo que es, y de hecho en el libro él busca en el diccionario a ver qué le están llamando realmente porque no lo tiene claro del todo”.
Se trata de un libro “muy entrañable”, en el que está muy presente la inocencia, en un entorno que recuerda al universo “almodovariano”, pero no por influencia del realizador calzadeño sino porque así son los pueblos manchegos: “Los funerales, la figura de la mujer, las vecinas,…, todo eso está porque lo he vivido yo igual. Es lo que hay”.