Manos Unidas muestra «mucha preocupación» por los incendios forestales que han arrasado la Amazonía boliviana en las últimas dos semanas, afectando especialmente uno de los proyectos que respaldan. Instan a las autoridades públicas en Bolivia a unirse para proteger el territorio, extinguir el fuego y proporcionar ayuda a las comunidades afectadas.
Los incendios han impactado cinco reservas ecológicas y 17 comunidades indígenas en La Paz y Beni, dejándolas aisladas y sin electricidad. Estas comunidades claman por la declaración de emergencia nacional, denunciando el abandono gubernamental y advirtiendo sobre posibles crímenes de lesa humanidad.
La Coordinadora Nacional de Defensa de Territorios Indígenas Originarios Campesinos y Áreas Protegidas de Bolivia (CONTIOCAP) se suma a la solicitud de declarar la emergencia nacional. El Relator Especial para el Derecho al Medio Ambiente Sano y Limpio de la ONU, David Boyd, expresa su profunda preocupación y hace un llamado al Gobierno boliviano para actuar y respetar los derechos humanos.
Uno de los proyectos respaldados por Manos Unidas, junto con su socio local CIPCA Regional Santa Cruz, ha sido afectado por estos incendios. Se trata de un programa que fortalece los derechos de las comunidades indígenas y campesinas en el Bosque Seco Chiquitano, una zona muy vulnerable. La situación se agrava debido al cambio climático, la deforestación y la expansión de la frontera agrícola, poniendo en riesgo a 258 familias y 1,032 personas de 14 comunidades en Concepción y San Ignacio de Velasco, en Santa Cruz.