Manuela Carmena, abogada laboralista y alcaldesa de Madrid entre 2015 y 2019, se ha mostrado partidaria de cambios y mejoras en la democracia ya que cuando hay algo “que no está teniendo lo que realmente tiene, languidece” y “estamos en un momento en el que tenemos que cuidar mucho la democracia para que sea más profunda e intensa” y evitar el riesgo de retroceso.
Carmena se manifestaba así antes de abrir un encuentro «Ansias y desvelos. Cultura y sociedad en la España de los 70” en la Facultad de Letras con el que el grupo de investigación Estudios Históricos y Culturales Contemporáneos pretende abordar los cambios socioculturales en el paso del tardofranquismo a la democracia.

Cuidarla, protegerla y actualizarla
En opinión de Carmena, la democracia es una institución social y como tal exige una gran dedicación para cuidarla, protegerla y actualizarla al momento histórico que estamos viviendo y “no hemos la hemos cuidado lo suficiente, no hemos estado pendiente de lo que necesita” como se hace con una persona o con la sociedad .
La también magistrada y jueza emérita consideró “maravilloso” que la Universidad aborde este tipo de debates, máxime si a los estudiantes les interesa y disfrutan aprendiendo. A su juicio, uno de los retos de todas las rsidades es conseguir que en una época tan placentera como es la del estudio se aprenda «cuál es la historia de cosas y cómo se producen los fenómenos de la vida”.
Puso en valor todos los avances que ha conseguido España en los últimos 50 años hasta llegar a una situación como la actual en la que se vive mucho mejor, con menos desigualdad, más libertad y más democracia “y para mí esto es muy importante”, dijo Carmena.
La democracia –sostuvo- es el vehículo para la igualdad y, unido a ella, consigue más igualdad y más libertad. No puedo más que decir que hemos tenido una gran mejoría en los últimos 50 años.

El espectáculo acaba con la cultura
Tras su intervención, habló Pepe Ribas, fundador de la revista Ajoblanco (una de las principales iniciativas de la agitación cultural de la década de los 70) y comisario de varias exposiciones sobre la contracultura barcelonesa, quien fue tajante al afirmar que el espectáculo había acabado con la cultura.
A su juicio, esto ha sucedido porque el dinero manda, mientras que antes primaba la vocación. «Nos encontramos con una economía mercantilizada y no productiva; creo –dijo- que los socialistas se cargaron la economía productiva y yo que nací con ella pude hacer todo lo que hice.
Sostuvo que hoy hay mucha menos libertad de la que hubo y está condicionada por lo que vendes y no por los valores que, a su juicio, se han perdido. Dijo antes el individuo lograba formar su criterio a través de la experiencia, la lucha y su propia creación y que se formaba en la universidad y también en la calle, creando y luchando; no había tanta sectorización como hoy, una circunstancia que facilitaba el intercambio y fomentaba la creación del criterio propio.

Criticó que ahora todo fuera más rápido y sin capacidad de concentración, los mensajes cortos y pequeños y que se hayan perdido los oficios. Con todo, a nivel social se vive mejor que nunca al tener muchas cosas, «pero te falta el amor a las cosas», dijo.
El próximo encuentro de las jornadas “Ansias y desvelos. Cultura y sociedad en la España de los 70”, tendrá lugar el 9 de octubre con un cinefórum moderado por el profesor de la UCLM Álvaro Notario, que incluirá la proyección del documental ‘Ocaña, retrato intermitente’ (Ventura Pons, 1978), un retrato del destacado artista queer José Pérez Ocaña, cuya muerte se conmemora este año.
El evento concluirá el 10 de octubre con una charla a cargo del actor Emilio Gutiérrez Caba y una ponencia de Cristina Arribas, profesora de la Universidad Politécnica de Cataluña, sobre la imagen turística de España en los años setenta.