El consejero de Agricultura, Medio Ambiente y Desarrollo Rural del Gobierno de Castilla-La Mancha, Francisco Martínez Arroyo, ha indicado que un total de 4.153 viticultores de la región han pedido ayudas por valor de 86,7 millones de euros para la reestructuración o la subida de vaso a espaldera de aproximadamente 16.000 hectáreas de viñedo.
Según ha destacado el consejero, se trata de una orden “revolucionaria” cuyos criterios de prioridad establecidos por el Gobierno de Emiliano García-Page prioriza, “a mujeres, a aquellos que hagan diferenciación de la uva en función de la calidad y a los agricultores pertenecientes a una cooperativa o bodega resultante de una integración comercial”, ha informado la Junta en nota de prensa.
Asimismo, tras el análisis de las 4.153 solicitudes, de la orden de convocatoria de ayudas para los ejercicios presupuestarios 2019 y 2020, un 25 por ciento son expedientes presentados por mujeres, con 1.053 proyectos; 3.263 son proyectos pertenecientes a viticultores que llevan su uva a cooperativas o bodegas que diferencian en el pago en función de la calidad de la uva, aproximadamente 443 pertenecen al colectivo de jóvenes incorporados con ayuda a la agricultura, 923 son explotaciones prioritarias y 455 pertenecen a una Entidad Asociativa Prioritaria de Interés Regional (EAPIR).
Por provincias, han solicitado estas ayudas 1.388 viticultores de Cuenca, 1.105 de Albacete, 985 de Ciudad Real, 664 de Toledo y 11 de Guadalajara.
Martínez Arroyo ha explicado que mediante estos fondos “se consigue una mejora significativa del tejido productivo vitícola en Castilla-La Mancha” gracias a la adaptación de la producción al mercado con un abanico de variedades más extenso; la mejora de las estructuras de las explotaciones, para aumentar la renta de los profesionales y un impulso al relevo generacional del sector, puesto que facilitan la inversión de los hombres y mujeres, jóvenes que apuestan por el cultivo de la vid”.
Variedades al alza
En cuanto a las variedades, destacan las 4.000 hectáreas solicitadas para la ‘garnacha tintorera’, una variedad “denostada” tiempo atrás, ha recordado el consejero, y que hoy está siendo muy demandada; seguida de tempranillo, macabeo, tinto pámpana blanca, bobal, garnacha tinta, chardonnay, ‘Pedro Ximénez’, sauvignon blanc o monastrell, entre otras. También son significativos los 1.842 expedientes amparados en una de las nueve denominaciones de origen de Castilla-La Mancha: Valdepeñas, La Mancha, Manchuela, Uclés, Ribera del Júcar, Méntrida, Mondéjar, Almansa y Jumilla o en la IGP Vinos de la Tierra de Castilla.
El consejero ha explicado que las ayudas para la medida de reestructuración y reconversión del viñedo se encuentran enmarcadas dentro del Programa de Apoyo al Sector Vitivinícola Español (PASVE) 2019-2021 y tienen como finalidad el aumento de la competitividad de los productores vitivinícolas, “una medida muy importante para Castilla-La Mancha que recibe aproximadamente el 51 por ciento de los fondos que hay disponibles a nivel nacional para las comunidades autónomas”.
Una de las principales novedades de la convocatoria de febrero 2018 ha sido la posibilidad de que los titulares de superficies que se hubieran beneficiado de ayudas en convocatorias anteriores, y ya hubieran cumplido sus compromisos, pudieran volver a solicitar ayudas si así lo deseaban. Esto permitirá aliviar a las explotaciones que tuvieran problemas de cultivo con algunas plantaciones que no se han llegado a establecer de una manera rentable. También hay que destacar que en determinadas regiones vitícolas con una dimensión reducida del tamaño de sus parcelas se ha permitido solicitar la reestructuración del viñedo sin necesidad de cumplir con el requisito de 0,5 hectáreas de superficie mínima.
La fecha límite de ejecución de esta convocatoria será el 15 de junio de 2019 ó el 15 de junio de 2020, en función de la opción escogida por los viticultores para cada una de las parcelas de su solicitud.
