A veces la historia se puede resumir en un objeto como la capa española, una prenda que si tuviera cara, para la gran mayoría de los que no conocen demasiado sobre ella, le pondría la de Ramón García en la Puerta del Sol, cada 31 de enero; porque la Navidad siempre fueron las campanadas de TVE 1, Martes y 13 y dosis de capa de paño.
Quizás ese 31 de enero se ha adelantado a este viernes de final de noviembre en Ciudad Real, acogiendo a personas de toda España, de norte a sur y de este a oeste, que como cada dos años, repiten visita cambiando de enclave.
Antes de comenzar el acto, al que ha asistido la alcaldesa de Ciudad Real, Eva María Masías y la vicepresidenta de la Diputación de Ciudad Real, María Jesús Villaverde, la entrada al Ferial era una marea negra, elegante, tranquila, como un mar de noche que se deja mecer por la brisa llena de salitre.
Sobre las asociaciones de amigos de la capa, hay que remontarse hasta 1928 en Madrid, donde surgió la primera y a la que siguieron decena de ellas en toda España.
Lo que coinciden todos los asistentes es en el orgullo de vestir una prenda tan española, tan única, a la que se le debe buscar relevo generacional para seguir luciéndola como emblema de lo que alguna vez fue España y que para localidades como Béjar, donde nace más del 90% de ellas, sigue siendo tan importante.
Para que haya salido adelante este encuentro, que durará durante todo el fin de semana y que servirá para conocer la provincia, la ayuda de Diputación y Ayuntamiento ha sido fundamental.
Finalmente, la presidenta de los amigos de la capa de Ciudad Real, Elisa Céspedes, ha agradecido “que tras dos años de pandemia, nuestra ciudad haya servido para volver a vernos y para poner en valor nuestra orgullosa capa española”.
En esta misma línea se ha pronunciado la vicepresidenta de la Diputación, que tras disculpar la ausencia del presidente por “un imprevisto de última hora”, se ha felicitado “de poder recibir a tantas personas de toda España, que estos días disfrutarán de nuestra provincia”, aprovechando para abrirle las puertas “tantas veces como queráis venir”.