Carnicería Salcedo, una pequeña tienda de productos cárnicos y ultramarinos de la avenida del Descubrimiento de América de Ciudad Real le está plantado cara a los supermercados desde que empezó el estado de alarma por el coronavirus. Lo suyo es un trato personal, directo y cercano, que han adaptado a las necesidades actuales de la gente confinada.
Desde el 14 de marzo no cierran ni en festivos -colmo ayer, Lunes de Pascua- y te llevan el pedido a casa. De hecho son una de las tiendas que el Instituto de Promoción Empresarial (Impefe) ha incluido en su listado de comercios que sirven a domicilio.
Antes no lo hacian pero el virus lo ha cambiado todo y se sienten solidarios con sus clientes de toda la vida y esa gente que no puede salir de casa ni para comprar porque está infectada. “Tengo clientes que no sé ni no cómo son, contactan por Whatsapp, les dejo el pedido en la puerta, me pagan por Bizum, y ni les veo, son muy respetuosos”, explica María José, copropietaria del negocio junto con Luis.
Las personas mayores, de más riesgo, son en su opinión las menos concienciadas. Ella misma les lleva el pedido a casa, “tocan el datafono, se acercan, no son conscientes del peligro, me dan mucho pena”.
Otra forma de comprar
Antes del coronavirus esta tienda imprescindible ahora para muchas personas funcionaba con un horario comercial normal, el virus ha cambiado eso. En los primeros días también aquí hubo colas para comprar de todo, pero un mes después notan “que la mentalidad ha cambiado”. La clientela mira mucho lo que compra y cómo lo va a consumir, y tiran de básicos como la harina y las levaduras para hacerse su propio pan en casa. “Se vende de todo por igual, pero es verdad que esta Semana Santa hemos vendido mucha azúcar y levadura”.
María José reconoce que ahora tienen más clientes. “Con los límites de movilidad y el miedo la gente no va a las grandes superficies, prefiere comprar en su barrio, y para eso estamos. Las grandes superficies nos comen mucho terreno al pequeño comercio, ahora estamos compitiendo de otra forma”. Ella misma afirma que está en el reparto a domicilio “no por negocio, sino por solidaridad”, algo que es más difícil encontrar en otro tipo de negocios.
“Tenemos que ser fuertes”
Admite que no son circunstancias de trabajo normales, “pero el miedo no te puede paralizar”. Con su resistencia y trabajo abnegado estos días para que a nadie le falten los alimentos de primera necesidad Alimentación Salcedo le lanza el siguiente mensaje a sus clientes: “Yo sigo aquí como hace 25 años, y estaremos después de esto. Tenemos que ser fuertes”.