Los responsables del Servicio municipal de Medio Ambiente valorarán la “reacción” del olmo de la Plaza del Pilar al que han reduccido drásticamente la copa “para asegurar su estructura y que no haya más sustos”, tras las recientes incidencias registradas (la última el viernes) por las caídas de ramas, alguna de tamaño grande.
“Dependiendo de cómo responda y si rebrota o no, valoraremos si mantenerlo o talarlo”, explicó a Lanzadigital Saturnino Camacho, jefe de dicho servicio en el Ayuntamiento capitalino.
“Algunos rebrotan y se reconstruyen y otros se secan porque la madera es vieja y les cuesta sacar yemas”, agregó.
El árbol, de menos de 50 años, fue acordonado este domingo por efectivos de la Policía Municipal ante las previsiones de lluvia y rachas de viento, así como este lunes operarios del área de Parques y Jardines procedieron a los trabajos de poda, al estar “bastante deteriorado”.
Camacho señaló que los árboles que viven en los entornos urbanos “se degradan más que los de las zonas verdes o sin contaminación”.
Preguntado por si en caso de su talado final se plantaría otro árbol en la misma ubicación, sostuvo que “no es sencillo” por el “consistente sistema radicular” el olmo, cuyo tronco está totalmente escorado y en una zona de paso de mucha afluencia de personas. La operación sería más fácil en un punto cercano, según el experto, y para ello habría que “rebajar el tronco por debajo del pavimento para poder solar”.
Sobre los restos vegetales de la madera, Camacho recordó que los que obtienen de todas las zonas verdes de la ciudad los pican. Una parte se dedica a la cobertura de ajardinamientos y con la cantidad restante elaboran compostaje.
Galeruca
De otro lado, Camacho señaló que la nueva máquina para tratar con endoterapia plagas como la galeruca, que lleva en la capital menos de un semana, evitará la contaminación ambiental, ya que inyecta el producto de manera directa en el tronco del árbol sin necesidad de fumigación.
En el caso de la galeruca, indicó que el propio ciclo natural del escarabajo que la provoca “la está agotando”, dado que el coleóptero “se está refugiando para pasar el invierno”, y será en primavera “cuando se movilicen los adultos, se suban a las copas y hagan las primeras puestas”.