Ciri del Campo tiene 50 años y padece una discapacidad física. Desde el 2002 trabaja sin descanso en la defensa de los derechos de las personas con discapacidad dirigiendo, también, la asociación Ciudad Accesible. Ante la celebración del 25-N, Día Internacional para la Eliminación de la Violencia Contra las Mujeres, alza la voz con contundencia y afirma que mujer, discapacidad y violencia es una triple vulnerabilidad que es necesario combatir.
Sin apenas estudios ni estadísticas
En una entrevista concedida a Lanzadigital indica que apenas existen estudios, ni estadísticas, que aporten datos fiables sobre la violencia ejercida sobre las mujeres con discapacidad que contribuyan, también, a visibilizar dicha injusticia así como a erradicarla.
Los escasos estudios existentes aportan datos alarmantes que demuestran que éstas son un grupo con un altísimo riesgo de sufrir algún tipo de violencia, superando ampliamente los porcentajes de malos tratos que se barajan respecto de las mujeres sin discapacidad.
4 de cada 10 mujeres con discapacidad ha sufrido algún tipo de violencia en la pareja
En concreto, Del Campo hace referencia al estudio publicado por la Plataforma Representativa de Personas con Discapacidad Física y Orgánica, PREDIF, a finales de septiembre, en los que se recoge el alarmante dato de 4 de cada 10 mujeres con discapacidad acreditada en España (un 40,4 %) han sufrido algún tipo de violencia en la pareja a lo largo de su vida, sea física, sexual, psicológica o acoso.
Violencia psicológica
“Estas cifras se agravan en las consecuencias psicológicas debidas a episodios de violencia donde el 63,9 % de las mujeres con discapacidad que los han sufrido de su pareja actual afirman haber tenido este tipo de secuelas, frente al 46,7 % de las mujeres sin discapacidad”, relata, haciéndose eco del citado informe, la presidenta de Ciudad Accesible. Sufren también en mayor medida la violencia psicológica de control, la violencia económica, violencia física y la violencia sexual.
Invisibilidad
Con el único dato de las asesinadas difícilmente se puede diseñar una política pública que permita prevenir y ofrecer una atención idónea para las mujeres con discapacidad, añade Del Campo quien se queja, también, de la invisibilidad que las mujeres con discapacidad víctimas de violencia tienen en los medios de comunicación social.
“Hace dos meses falleció en León, víctima de la violencia de género, una mujer que era discapacitada. Casi ningún medio de comunicación se hizo eco de su discapacidad. Hay que empezar a cambiar esto; es necesario que en las estadísticas de denuncias se especifique si se padece o no una discapacidad, que los periodistas hablen de ello, es una discriminación positiva para nosotras muy necesaria”, añade.
Recursos inexistentes
Ante la celebración del 25-N, Ciri del Campo reclama a las autoridades que se desarrollen recursos que sean accesibles para las mujeres con discapacidad, para que no tengan miedo, ni incertidumbres, a la hora de denunciar.
“Hoy por hoy, aquí, en Ciudad Real, los recursos para las mujeres con discapacidad son inexistentes lo que les lleva a no denunciar la situación de maltrato físico o psíquico”, añade Ciri quien explica que, por ejemplo, la casa de acogida para mujeres maltratadas no es accesible en ningún aspecto.
“En los últimos años se han puesto en marcha muchos recursos dirigidos a la atención de las víctimas de violencia de género. Estos no son suficientes y en la mayoría de las ocasiones no atienden a las características específicas del colectivo de mujeres con discapacidad. Si una mujer con discapacidad denuncia malos tratos ¿a dónde va?”, se pregunta.
Servicios de detección y abordaje adaptados a sus necesidades
Está claro que la violencia de género “opera de la misma manera” pero el problema de las víctimas con discapacidad es que los servicios de detección y de abordaje no están adaptados a sus necesidades. “Siguen existiendo barreras de todo tipo, en la comunicación, en el entorno construido y, también, barreras simbólicas que deben ser eliminadas”, añade Ciri del Campo, que incide también en la necesidad de formar a todos los actores involucrados para que tengan las herramientas apropiadas para atenderlas.
Violencia y empleo
Ciri del Campo explica que otro “caballo de batalla” es el de empleo. Recuerda que para las personas con discapacidad es mucho más difícil acceder al mercado laboral y que un trabajo es un recurso imprescindible para poder desarrollar una vida normalizada y, por ende, fundamental para encontrar una salida, una puerta por donde escapar, si se es víctima de la violencia de género.
De cara a la conmemoración, el próximo miércoles, del Día Internacional para la Eliminación de la Violencia Contra las Mujeres, la presidenta de Ciudad Accesible reitera que en la sociedad existe un espacio de invisibilidad en torno a las mujeres con discapacidad reconocida, física u orgánica, las cuales padecen una doble discriminación: por género y por el hecho de tener una discapacidad
Un problema de envergadura importante
“La violencia de género en mujeres con discapacidad es un problema social de una envergadura importante, por lo que debemos dar un paso adelante para visibilizarlo y tomar las medidas oportunas para que de esta manera se llegue a afrontarlo y erradicarlo”, ha concluido.