No es solo una cuestión filosófica o ideológica; es que me educaron así de pequeñito, no puedo ver matar un ser vivo sin sentirme fatal. Entiendo que, como en casi todo, no hay verdades tajantes en lo que se refiere al maltrato y muerte animal. Ni en la cantidad de sufrimiento ni en la calidad de la especie. Dependerá de factores geográficos, económicos, sociales… Pero sí que existe aquí y ahora un consenso muy mayoritario (no unánime, por desgracia) que hace que, por ejemplo, todo lo que rodea al mundo del toro o a multitud de “festejos” populares tenga los días contados. ¿Sobre todas las formas de caza también existe ese grado de consenso? Mi opinión es clara, pero la sensibilidad, y por tanto el consenso, no son los mismos; aquí se ha cazado para comer hasta hace muy poco, y de la caza depende el sustento de muchas familias.
Parque Nacional y montería son términos incompatibles. La sobrepoblación de ciervos es un problema ecológico que tiene soluciones sencillas, así como el tema de las indemnizaciones por el cese del aprovechamiento. En este punto, convendría no hacer demagogia (indemnizar es lo habitual y lo justo; que algunos quieren empezar la revolución por el sitio equivocado…), así como una cierta voluntad política por parte del Gobierno Central. En cuanto a éste último, no se puede andar a estas alturas legislando en un sentido que “podría desvirtuar el atractivo del Parque” (Mayor Zaragoza dixit) o incluso perder la catalogación como Parque Nacional por parte de algún organismo internacional competente. La vuelta al pasado no la queremos nadie.
Pero estamos en el presente, con una moratoria en vigor y con unos contratos de caza firmados hace años con arreglo a ésta. Por encima de nuestra opinión, cualquier cargo público estamos sometidos a la normativa. Su no cumplimiento a sabiendas se llama prevaricación. Y ni éste que escribe ni ningún alcalde de Cabañeros va a prevaricar por las presiones de grupos ecologistas. En los próximos días se van a realizar dos monterías en el Monte Público de Navas de Estena, dentro del Parque Nacional de Cabañeros.
Otro asunto distinto es el de la caza fuera del Parque Nacional. La supresión inmediata de la caza en el término de Navas de Estena ocasionaría una ausencia de ingresos durante más de 3 meses/año a casi un tercio de su población activa. Una barbaridad. Los cambios en la actividad económica llevan su tiempo, si bien es cierto que en los Montes de Toledo los distintos gobiernos central y autonómico no parecen haber ido en esa dirección en ningún momento. Pero la situación es la que es, y no se puede hurgar en una herida (quitar la caza sin más) sin tener preparada la venda (actividad económica alternativa), salvo que queramos una despoblación aún mayor de la comarca. Aunque las organizaciones ecologistas no se someten a la aprobación popular objetiva como lo hacemos los cargos públicos, no creo que sea bueno para algunas de ellas estar luchando por la esencia de un espacio natural y tener a la vez a la población local en contra por una defensa talibán de sus principios. Hay que convencer y conjugar muchos intereses legítimos, y algunos lo intentamos. Por supuesto, disponen de mi ayuda y del salón de actos de mi Ayuntamiento para explicar su postura cuantas veces quieran a la población local que me afecta.