La realidad física de la ciudad puede y debe diseñarse desde las políticas comunes definidas por el Ayuntamiento. Una expresión común del desarrollo futuro que se orienta estableciendo los nuevos ámbitos de desarrollo y las condiciones de los mismos.
El Plan General de 1997 establecía esas condiciones de manera adecuada a las necesidades reales de la ciudad, a su población prevista para los siguientes años y a un diseño de ciudad que quería ser uniforme, equilibrado y sostenible. Los momentos del desarrollo aberrante del principio del siglo XX se asumieron desde el gobierno municipal con alteraciones sustanciales de dicho plan promoviendo crecimientos y ampliaciones a la medida de los promotores y propietarios de suelo. Se llegó a poner en marcha la elaboración de un Plan de Ordenación Municipal que quería consagrar ese desarrollo desmesurado e injustificado, pensando que la burbuja inmobiliaria iba a crecer indefinidamente.
Afortunadamente, a pesar de sus efectos negativos, no ha sido así y nos encontramos en el momento actual con una población que apenas crece año a año y con la necesidad de redefinir el Plan de Ordenación Municipal desde principios básicos de compacidad urbana, de equilibrio entre las diferentes áreas de la ciudad y principios de sostenibilidad. Por desgracia los desarrollos que han establecido las leyes urbanísticas son largos y excesivamente complicados, pero si no se empiezan a desarrollar nunca se completarán. Después de décadas del anterior Plan General es importante plantear un nuevo planeamiento que establezca los principios generales de ordenación de la ciudad. Un momento de desarrollo lento como el actual es un buen momento para la reflexión y para el avance en esta materia necesaria para la ciudad.
Desarrollo equilibrado de la ciudad
Las ciudades tradicionales han sido ciudades excesivamente diseñadas desde espacios centrales únicos. El resto de la ciudad era la periferia, el barrio, la zona residencial. La actividad urbana se volcaba en un espacio único en el que se situaban las instituciones y posteriormente la actividad comercial como polo de atracción urbana. Pero el desarrollo de la población y la atención a todos los vecinos de la ciudad, van exigiendo un nuevo modelo de ciudad en el que se crean polos de atracción de diferentes actividades.
La dinámica deportiva que hemos creado en nuestra sociedad actual ha llevado a la creación de grandes instalaciones que requerían grandes superficies localizadas en zonas externas de la ciudad lo cual es una buena forma de crear polos de desarrollo en otros espacios urbanos. Equipamientos como los sanitarios, los educativos o los asistenciales van creando puntos de dinámica en zonas externas del conjunto urbano.
Y junto a ello hay que potenciar los servicios de cada una de las zonas de la ciudad con instalaciones de centros sociales, centros de actividad cultural y deportiva y espacios urbanos con zonas verdes y plazas. No se trata simplemente de desarrollar un plan de barrios, se trata de desarrollar la ciudad en su conjunto de forma armónica y para ello hay que actuar de manera equilibrada en todas sus zonas. Hay barrios que tienen una identidad por razones determinadas, pero todos los espacios urbanos ya sean tradicionales o de nueva creación tienen dinámicas que requieren estas actuaciones comunes.
Las localizaciones de determinados centros públicos, de ciertas actividades, ayuda a crear esta ciudad policéntrica que reclaman los urbanistas en la actualidad. El traslado de la Biblioteca Pública a su actual localización en el Parque de Gasset crea un foco de actividad cultural que rompe el esquema del único centro que podría tener una continuidad en el Museo del Quijote y en el eje de la Ronda con el Centro de Exposiciones de la Diputación, la Ferroviaria o el Museo del Ferrocarril. Equipamientos, tratamientos urbanos adecuados en el aparcamiento junto al Museo deberían ser elementos transformadores de esta zona de la ciudad. Son planes de desarrollo equilibrado de la ciudad, de propuestas de una ciudad armónica para el futuro.
Desarrollo sostenible
La palabra sostenibilidad forma parte de la lista de palabras que hemos aprendido en las últimas décadas y que aplicamos a todo de forma ambigua y general sin concretar lo que queremos decir con ella. Pero sigue siendo un objetivo necesario de realizar y concretar como plan esencial de la ciudad. El ayuntamiento de Ciudad Real presenta una estrategia de desarrollo urbano sostenible.
Una estrategia de sostenibilidad deberá integrar en primer lugar la sostenibilidad económica como parámetro que nos permite pensar en un mantenimiento adecuado de la ciudad. Y para ello las condiciones de densidad suficiente en la misma establecen parámetros básicos fundamentales en la dotación de servicios y en los costes de mantenimiento. La ciudad extendida de las unifamiliares es una ciudad más cara y menos favorecedora del intercambio ciudadano en niveles sociales, económicos y culturales.
El sector energético de los edificios y urbanizaciones puede y debe ser prioridad esencial con energías limpias, con consumos cada vez más reducidos y con controles de aquello que es realmente necesario. Las políticas de rehabilitación residencial y de equipamiento con claramente sostenibles. Y en este desarrollo es esencial el control de la movilidad favoreciendo desplazamientos y áreas peatonales, la movilidad de la bicicleta con trazados realmente accesibles y seguros y el transporte público de calidad.
Dotaciones públicas comunes
Y junto a estos principios básicos, una dotación pública cualificada para los servicios comunes. La educación y la sanidad en sus diferentes niveles son parte esencial de este desarrollo y en esa dirección hemos avanzado de forma importante en la ciudad con servicios como el Hospital General, los centros de salud o las dotaciones educativas en diferentes ámbitos. La reivindicación de completar las infraestructuras universitarias no debería perderse aún en estos tiempos difíciles. La facultad de Medicina debería ser una realidad en esta legislatura como prioridad esencial de nuestro campus universitario.
Los servicios públicos administrativos necesitan remodelaciones importantes en los ámbitos municipal y autonómico y para ello la anunciada estrategia de los edificios públicos sin uso o en condiciones no óptimas debería avanzar de forma eficiente. Y ello junto a un avance real en la llamada administración electrónica. Carece de sentido que tengamos que seguir pagando recibos de forma presencial en entidades bancarias para muchas de las gestiones a realizar. Las diferentes compañías han llenado nuestra ciudad de líneas de fibra óptica enterrada o bien ocupando fachadas y espacios públicos. Esa red debería convertirse en una red que permitiese las comunicaciones públicas cualificadas de contenidos y servicios para todos los ciudadanos desde todas las administraciones.
Expresar y transmitir la idea de estas propuestas de futuro para la ciudad es tarea importante para la política. Es, en la responsabilidad de gestionar lo público desde donde deben hacerse presentes las ideas, las propuestas, los planes de ciudad como ejes que orientan las actuaciones puntuales y concretas. La gestión de lo cotidiano necesita también del soporte de los planes que soportan la política municipal. No todas las propuestas son iguales y es bueno expresar y concretar esos planteamientos como idea de ciudad, como ilusión de futuro y como horizonte de trabajo.