M.G.C., administrador único en 2009 de los pubs Seaquest y Tattoo de Ciudad Real, y su hijo I.G.M, han sido condenados a un año y medio prisión por estafar unos 11.000 euros a un cliente habitual, “VIP”, en sus locales.
Ocurrió entre enero y mayo de ese año y dado el tiempo transcurrido (nueve) se ha aplicado la atenuante de dilaciones indebidas (la fiscalía pedía tres años y medio de cárcel).
La sentencia, de la sección primera de la Audiencia, también condena a once meses de prisión a una de las camareras colombianas que entabló amistad con la víctima y frecuentaba su casa. El tribunal no entra en sí se acostaba por dinero con el acusado (ella en el juicio declaró que tenían un relación), pero considera probado que la compra de varios billetes de avión y otros cargos en la tarjeta de débito del perjudicado fueron una estafa por la que debe devolver unos 1.700 euros.
Instrucciones para servir una copa tras otra
La sala considera probado que el cliente R.A.R., un asiduo de los pubs, “no controlaba los pagos dada la confianza generada y la ingesta excesiva de alcohol”, por lo que padre e hijo dieron instrucciones a las chicas que acudían al pub, que se ganaban una comisión según el gasto del cliente, “para que le atendiesen muy bien y especialmente le sirviesen constantemente copas para de ese modo disminuir su capacidad de control sobre el pago de las consumiciones”.
Para lograrlo se supone que le servían cervezas o chupitos antes de que se terminara el primero, lo que anulaba su capacidad de reacción. Después le presentaban la factura tapándole algunos dígitos del tique.
Denunció la madre
El caso llegó a los tribunales por una denuncia de la madre del cliente porque en una de esas noches de desenfrenó se cayó por las escales en casa de una de las chicas, se rompió una pierna y tuvo que ser ingresado. Se supone que la acusada aprovechó que disponía de la tarjeta y los números para cargar compras y otros gastos hasta llegar a los algo más de 1.700 euros que le reclama ahora la justicia.