Pepe Lomas, el librero jubilado que mató al intruso que se coló en su finca de la Atalaya de Ciudad Real en el verano de 2021, dormía con un arsenal de armas al lado formado por cuatro escopetas, dos de ellas de cañones paralelos, un rifle, y munición, todas con licencia y en perfectas condiciones de uso. Lo desvela el escrito de acusación provisional de la fiscalía Ciudad Real, paso previo al juicio, que todavía no tiene fecha.
Disparó tres veces, dos a poca distancia
La fiscalía acusa a Lomas de homicidio y solicita doce años y medio de prisión. El relato de hechos de lo que pasó esa noche según la investigación deja poco margen para la legítima defensa. Es más, parece que el jubilado no le dio opción de defensa al intruso, Nelson David Ramírez, hondureño de 35 años, con un largo historial de antecedentes por delitos de robo, al que disparó tres veces, dos de ellas a poca distancia.
Juicio: no antes de 2024
El caso, por el tribunal del juzgado, ni siquiera ha entrado en el turno de reparto de la Audiencia Provincial de Ciudad Real, por lo que no se celebrará antes del año 2024, para sentar en el banquillo a un hombre que el próximo octubre cumplirá 80 años y que al parecer está delicado de salud.
Oyó un ruido de madrugada y salió armado de la casa
Lomas, propietario de la histórica librería Aspas de la plaza Mayor de Ciudad Real, ya desaparecida, vivía solo con su perro en la finca Valdelobos de la Atalaya desde su jubilación. La madrugada de la Pandorga, sobre las dos de la madrugada, escuchó un ruido en el interior de su parcela que lo sobresaltó, pensó que le estaban robando, y echó mano de una de las armas que tenía cerca, una escopeta paralela del calibre doce.
Al salir de la casa Lomas vio al intruso con una motosierra de su propiedad, apagada, en la mano, y se acercó a él apuntándole al parecer sin advertir su presencia, cuanto estuvo a cinco metros le disparó un tiro mortal que le dio en el tórax y un segundo un poco más cerca, por los que Nelson murió en el acto.
Entró de nuevo a cargar la escopeta
Pero el jubilado volvió a entrar en su habitación, cargó la escopeta con dos cartuchos más, y volvió a disparar en la misma dirección, “al aire”, dijo en él en la reconstrucción del crimen. Con estos hechos probados la fiscalía entiende que no cabe la legítima defensa, y así lo expondrá ante el jurado.
Después de esto avisó a la Policía Nacional en unan célebre llamada al 091, que se filtró a la prensa, en la que informaba de que creía haber matado a una persona que se había metido en su corral, pero no estaba seguro de que estuviera vivo o muerto.
En libertad provisional después de nueve meses
Pepe Lomas, que pasó nueve mese en prisión preventiva tras su detención esa misma madrugada y su puesta a disposición judicial, lleva ya un año en libertad condicional. Salió en mayo del año pasado tras pagar una fianza.
La acusación particular que ejerce la familia del muerto acusa con estos mismos hechos de un delito de asesinato y pide la condena más alta, 25 años de prisión, mientras que su abogado Juan Manuel Lumbreras Ruiz tratará de demostrar que disparó presa de un miedo insuperable, en legítima defensa porque creyó que la otra persona lo iba a matar.
La detención y encarcelamiento de Lomas desató una oleada de solidaridad tanto en Ciudad Real como en el resto de España. En la capital hubo incluso manifestaciones pidiendo su puesta en libertad promovidas en las redes sociales por la ultraderecha.