Pablo T.M.P., acusado de apropiarse de 157.000 euros de las cuentas de una tía nonagenaria a la que cuidó durante años en Herencia, ha defendido su inocencia en el juicio por apropiación indebida celebrado en la sección segunda de la Audiencia de Ciudad Real. Alega que su tía, de 91 años cuando murió (junio de 2015) y casi ciega, estaba en plenas facultades mentales y disponía como quería de su dinero.
Ha contado que la llevó “a su casa” de Herencia (la mujer vivía en Madrid) porque ni sus hermanos ni sus primos quisieron ocuparse. Que había más parientes autorizados en sus cuentas, y que un año antes de morir, en 2014, le hizo un poder especial para que gestionara su patrimonio.
De las disposiciones bancarios que figuran a su nombre, algunas con su tía muriéndose en el hospital y una de ellas de 70.000 euros, ha respondido en genérico a su abogado José Julián Carnero, diciendo que si sacó dinero fue para reformar su piso de Madrid “porque tenía la ilusión de arreglarlo”.
La tía les compró la casa para que la cuidaran hasta su muerte
No es lo que dicen los querellantes, entre ellos su hermana (su hermano ha fallecido) y dos sobrinos más. Han explicado que el acusado y su mujer vivían en casa de su tía en Herencia (la casa la compró la anciana) a cambio de cuidarla hasta su muerte. Una situación que duró una década, y que el resto de parientes la visitaban allí.
Que aparte la tía les pagaba un dinero mensual (de entre quinientos o seiscientos euros) y que en compensación le había legado la propiedad de un piso en Madrid a la mujer del sobrino. El resto del dinero que tuviera en las cuentas era para repartirlo entre todos los sobrinos, incluido el acusado.
Ciega y con demencia al final de su vida
Han declarado -y así lo dice el historial médico de la fallecida- que la mujer además de quedarse ciega por problemas de diabetes sufría una demencia que en 2014 se calificó del leve y cuando ingresó para morir a finales de mayo de 2015 era “severa”, por lo que entienden que la anciana, incluso aunque firmara papeles, no se enteraba de nada.
La familia empezó a sospechar que pasaba algo con el dinero cuando el acusado “cogió el mando”, dicen, y echó al resto de familiares “a patadas” de su casa , han contado, en una ocasión en la que un hermano le pidió explicaciones de un reintegro.
Hacienda les pidió la liquidación de un dinero que no cobraron
Pero la sorpresa mayúscula fue cuando la anciana falleció y Hacienda les reclamó un dinero de impuestos por una herencia que no han percibido. Al final el acusado repartió 20.000 euros entre todos, 3.000 por familia, una cantidad que ni siquiera cubrió el impuesto, de unos cuatro mil euros. Estiman que deberían haber percibido 40.000 euros cada uno de las cuentas de su tía, que su primo limpió entre noviembre de 2014 y junio de 2015, con la anciana ingresada y a punto de morir (falleció el 19 de junio de 2015).
La fiscalía pide 4 años y medio y la acusación 6
La fiscalía considera al acusado autor de un delito continuado de apropiación indebida por el que reclama cuatro años y medio de cárcel, además de penas de multa, y que reparta los 157.000 euros “según las disposiciones testamentarias” de la fallecida.
Pilar Alemán, la abogada del resto parientes de la anciana, pide seis años de cárcel también por un delito continuado de apropiación indebida, “pedimos la pena en su mitad superior”. “Hasta que la tía fallece ellos no tienen conciencia de que se estaban haciendo estas disposiciones. Todos estaban autorizados en la cuenta de la tía, pero no sabían que se este señor estaba haciendo transferencias a su propia cuenta”, ha explicado la letrada.
Las acusaciones reclaman por quince disposiciones económicas del acusado en tres entidades financieras distintas. El caso ha quedado visto para sentencia este jueves en la sección segunda de la Audiencia.
