Pilar Zamora, la aspirante socialista a la reelección como alcaldesa de Ciudad Real, afronta este macrodomingo electoral con “nervios y emoción”. Antes de votar, sobre las once de la mañana en el centro cívico de Los Rosales, ya había visitado seis o siete colegios, “creo que podemos tener un respaldo masivo de la ciudadanía, pero la gente tiene que venir a votar”, ha explicado.
Con los zapatos rojos de todas las elecciones
Zamora, que este domingo calza “los zapatos rojos de tacón de todas las elecciones, con los que me siento muy segura” (los que llevó en las municipales de 2015 y en las generales de abril), admite que la jornada va a ser muy intensa y especial, por lo abierto del resultado con seis partidos optando a la alcaldía, algo inédito en una ciudad abonada al bipartidismo (casi al monopartidismo, con el PP) hasta mayo de 2015.
Votar para no lamentarse después
La candidata socialista también ha hecho las habituales llamadas a la participación: “Que el día después nadie se levante diciendo si hubiera ido a votar las cosas serían como yo quiero. Hay que votar, tenemos que elegir a quien nos va a representar en ayuntamientos, comunidad autónoma y parlamento europeo, nos jugamos mucho”.
Zamora reconoce que en un día como hoy, con tanto en juego, no puede parar en casa. “Pasaré la jornada visitando colegios electorales, los cien, como he hecho siempre. A las siete y media o así cuando termine me iré un ratito a casa a descansar con la familia, y después estaré con mi otra familia, la socialista, en la sede de la agrupación local”.