La gran mayoría proceden de entornos de pobreza y acaban en la prostitución por “supervivencia”, aunque también hay casos como los de Ámbar de mujeres que han sufrido abusos sexuales o han sido maltratadas de niñas y se ven atrapadas con una capacidad muy mermada de rebelarse y resolver problemas, comentó Sara Martínez, técnica de Movilización de Médicos del Mundo, sobre las once “demoledoras” historias personales expuestas en la muestra ‘PosiciónArte’ clausurada este lunes en la Facultad de Derecho.
Esta exposición, que busca sensibilizar sobre esta violencia de género contra la mujer, está organizada desde “el posicionamiento abolicionista de la prostitución que compartimos Médicos del Mundo, el Instituto de la Mujer y el Gobierno regional”, destacó la delegada provincial de Igualdad, Manuela Nieto, que resaltó que la Ley contra la Violencia de Género de 2018, “pionera en muchos aspectos”, recoge que la trata y la explotación sexual constituyen violencia de género sufrida por mujeres.
“Estamos trabajando desde la educación y sensibilización” y este esfuerzo en común con organizaciones como Médicos del Mundo, que trabajan con mujeres en situación de prostitución de las provincias de Toledo y Ciudad Real, es importante para avanzar en la “erradicación de la prostitución”, apuntó Nieto.

“El abolicionismo es un posicionamiento que se construye desde la educación” fomentando el respeto, relaciones sexuales en igualdad y tolerancia y la capacidad de empatía con los demás sean hombres o mujeres, apreció Martínez, que destacó que el enfoque integral de Médicos del Mundo engloba la educación y sensibilización de la población para “cambiar la mentalidad de consumir mujeres” y que origina la violencia de género, así como normativas que “protejan a estas mujeres y culpabilicen a los verdaderos culpables que son los que consumen y el lobby proxeneta”, además de formar y respaldar a estas mujeres, que en España son unas 400.000, como se ha realizado en países abolicionistas como Noruega y Suecia.

Fotografías de Carlos de Andrés e Irene Fábregues ilustran esta muestra sobre la “esclavitud de este siglo” descrita por once de las 800 mujeres con las que trabaja directamente Médicos del Mundo en la provincia de Toledo y zonas de la de Ciudad Real y que viven en una situación de “violencia constante”. Si una víctima de violencia de género “se enfrenta a un hombre del que más o menos conoce cuándo la va a pegar o sobrepasar con ella, estas mujeres se enfrentan con ocho o diez hombres al día que no saben cómo son ni qué van a recibir de ellos”, señaló Martínez, que resaltó ejemplos en los que las mujeres deben recurrir a alcohol o estupefacientes que generan adicción para soportar la situación de prostitución.
Cada relato vivencial de estas once mujeres, algunas de las cuales han salido de la prostitución y otras no, va acompañado de dos fotografías, una en la que muestran una parte de su cuerpo y otra que refleja lo que para ellas supone la prostitución como una grieta que simboliza el irreparable daño emocional, un árbol seco, un maniquí que representa la cosificación del cuerpo de la mujer o unas cadenas invisibles, una tela de araña o un cuarto oscuro del que es muy difícil salir.

La coordinadora de Movilización Social de Médicos del Mundo de Castilla-La Mancha, Cintia Martín Blas, y la directora académica del Vicerrectorado de Estudiantes y Responsabilidad Social, Juana Morcillo, también participaron en la clausura de la muestra, así como Antonia Pérez, educadora de la Casa de Familia de las Adoratrices, que realiza unos 170 proyectos de apoyo a la mujer en todo el mundo, impulsó en 1999 el proyecto Esperanza que ha ayudado en España a 1.048 mujeres a salir de la trata y cuenta en Ciudad Real con una casa de mujeres víctimas de violencia o exclusión social.