Estaba en Buenos Aires, quería instalarse en España, pero no de nuevo en Barcelona, que es “carísimo”, así que buscando por internet lugares con buena calidad de vida le apareció Ciudad Real, donde actualmente reside el guitarrista brasileño Carlos Bica, que aseguró estar encantado de haber recalado en este territorio.
Precisamente los cielos de La Mancha, en ninguna otra parte los “hay como aquí”, le inspiraron para crear un álbum con el que, haciendo un recorrido por magníficas piezas de compositores españoles de distintas épocas y estilos, mostrar, “de alguna manera”, su agradecimiento a España por su buena acogida.
De ahí el título ‘Cielos de España’, con obras de excelsa calidad y para instrumentistas de alto nivel, del álbum que estrenó este lunes en el antiguo Casino, como primera parada de la gira que va a realizar con citas ya cerradas hasta 2024.
Ni un alfiler cabía en el salón de conciertos del antiguo Casino en la puesta de largo de un repertorio que comenzó con el romanticismo de tres piezas de Fernando Sors, el ‘Beethoven de la guitarra’, una de ellas una “hermosísima” variación de un tema del primer acto de ‘La Flauta Mágica’ de Mozart.
Iniciado con la sutileza y habilidad extremas del virtuosismo, el recorrido continuó con magníficas estampas renacentistas y barrocas para sumergirse después en el siglo XX. Son todas ellas piezas que Bica, natural del Sur de Brasil, toca desde niño, desde que tenía ocho o nueve años. ‘Diferencias sobre guardarme las vacas’ de Luys de Narváez, Pavana 3 del libro ‘El Maestro’ de Luys Milán, ‘Canarios’ de Gaspar Sanz y Fantasía de Alonso Mudarra se fueron sucediendo en ese tránsito, que también tuvo escalas en el homenaje a Debussy de Manuel de Falla y en un par de piezas de Tárrega, el compositor “favorito” de Bica ya que “revolucionó la guitarra en múltiples aspectos, “desde el tamaño, la manera de tocarla y la postura a la transcripción de las músicas”.
Las deliciosas ‘Capricho árabe 5’ y ‘Recuerdos de Alhambra’ de Tárrega condujeron a un final espléndido con la brillante interpretación de ‘Asturias’ de Albéniz por parte de Bica, quien a lo largo del recital fue cambiando de afinación algunas cuerdas para aproximar la sonoridad a instrumentos antiguos con los que se tocaban variaas de las piezas del repertorio como el laúd o la vihuela.